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Cronotropo, versión digital

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Desde la lente de un dispositivo móvil se intenta transmitir la magia del teatro. En esta ocasión, el celular representa la mirada del público que llega a un foro teatral y que, ante el confinamiento por la pandemia del Covid-19, ve la transmisión del montaje Cronotropo de Laura Jiménez Abud, mediante la cuenta de Facebook del Coneculta-Chiapas, dentro del marco del Circuito Cultural a Distancia.

La cámara del celular asume la ritualidad del espectador con la transmisión en vivo: permanece afuera de Telar Teatro, en la calle, luego ingresa por las escaleras para situarse en el segundo piso. Nos muestra algunos libros y pinturas (como el de la Última Chela de Javier Orozco Palavicini), que se encuentran en la pequeña galería que antecede al foro en donde caben 30 personas aproximadamente.

En el escenario, están Pedro de 40 años (Carlos Ariosto Alonzo) y Luis (Ulises Soto) de veintitantos, quienes relatan el encuentro, enamoramiento y finalización de una relación amorosa codependiente, elemento que los orilla a convertirse en seres bestiales.

La música en vivo a cargo de Guillermo Ruíz Long, está presente como en otras presentaciones del montaje dirigido por Darwin Castillo, como en las muestras Estatal, Regional y Nacional de Teatro en el 2018.

Para esta emisión, la cámara se atreve más de lo que puede hacer un espectador: no se queda en un solo punto, sino se acerca a los actores y regala a la audiencia primeros planos. Por ello, se puede ver con mayor detalle los rostros y las gesticulaciones, sin dar más vistas de la escenografía.

‘Ustedes me saludan aquí, con un trozo de Luis, bien cocido por fuera, rosado justo en medio, se expande en mí, en mi sangre, en mis intestinos, en mi cuerpo, se convierte en mí y yo me imagino que soy un astronauta y Luis una estrella, que soy el centro del universo…’. Con estas líneas finaliza la obra, mientras Pedro afila desesperadamente los cuchillos. No obstante, para esta ocasión se ve sólo la carne cociéndose en el sartén y, por el formato presentado, no se reparte la carne a los espectadores, como en pasados montajes.

Volver a la Memoria Emotiva

Carlos Ariosto, informa que presentar la obra es volver a la memoria emotiva y corporal de un montaje que llevaban casi un año sin presentar: es recurrir y concientizar todo lo aprendido en un proceso: “Fue volver a valorar lo aprendido y disfrutar nuevamente de un personaje tan rico en matices y emociones”.

Por ello, sostiene que los trazos escénicos fueron dirigidos desde la cámara de un dispositivo móvil, para poder expresar claramente lo dicho y lo hecho, y para que se pudiera observar lo más posible el universo Cronotropo.

La publicación alcanzó las 4 mil reproducciones, superando a las 30 sillas que hay en el foro; sin embargo, aclara que la asistencia de un público presencial hace que sienta y se emocione o reaccione el actor, aspectos que no se puede sentir con este formato.

 Sobre la opinión dividida si es teatro o no lo que se hace en este formato, puntualiza que, “si nos basamos por ejemplo en Dubatti, en cuanto a que el teatro es un acontecimiento, creo, esta máxima cumple al crear expectativas y acudir a ver de qué se trata al reproducir. El quehacer teatral está reflexivo, buscando alternativas y resolviendo su modo de hacer y presentarse. Por ahora, la virtualidad nos permite llegar y construir más público y sobretodo: poder presentarnos, exponer y comunicar los universos construidos en cada propuesta”.

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