• Spotify
  • Mapa Covid19

“El teatro es una ficción que milagrosamente nos permite ver la vida”: Sandra Burgos

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

“El teatro, es una ficción que milagrosamente nos permite ver la vida a través del personaje. Es un milagro que sucede en el hecho teatral. Es una ficción que permite al espectador entenderse a través de lo que tiene enfrente”, menciona desde una llamada telefónica Sandra Burgos, quien con la obra Archipiélago, ganó el premio Bellas Artes ‘Luisa Josefina Hernández’.

Sobre ella, Sandra expresa sentirse contenta por obtener la distinción con ese nombre, puesto que Luisa Josefina Hernández, es una genio: dramaturga, teórica y ensayista teatral. Y con esta distinción, “es reconocer el trabajo que la maestra le agrega al teatro contemporáneo y a la dramaturgia”.

Por tanto, cuando recibió la llamada de la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), perdió el aliento al enterarse que la obra con la que se postuló fue merecedora de un premio.

Y es que de acuerdo a la actriz, dramaturga y productora, Archipiélago es una que obra que le tuvo mucha fe. Tanto, que decidió no graduarse con ese texto de Casa Azul, lugar donde estudió dramaturgia y guion en 2017. Mucho menos realizar lectura dramatizada, para poder estar en posibilidades de concursar.

Sandra había escrito dos obras cortas de comedia, como Espectros inmundos, una farsa de Espectros, de Ibsen. Sin embargo, Archipiélago nació con la idea de escribir un texto para sus amigas y juntas hacer teatro. Para ello, decidió que fueran hermanas.

“Desde que escribí los primeros monólogos de los personajes, me di cuenta que había una historia y quería existir. Porque a mí se me da más fácil la comedia que el drama. Sentí que no era yo la que quería decir, sino que la historia quería hablar a través de mí. Cuando me di cuenta de eso dije: no es una historia que estoy inventando, pareciera que estuviera escuchando, que alguien la quiere contar a través de mi”, comparte.

Además, resalta la temática de la obra, la cual aborda la desintegración familiar que se da a partir de un trauma. Son cuatro hermanas mayores, la más grande tiene 40 años y la más chica 28 años.

“Estas cuatro hermanas fueron abandonadas por su madre cuando eran niñas. Ese evento las marcó y eso provocó que no pudieran construir sus propias familias y relacionarse bien entre ellas”, añade Sandra Burgos.

La vergüenza es la emoción que perpetúa la propuesta de dramaturgia: “¿Entonces, por qué no hablar de las cosas que a ellas les avergüenza o, por qué no mejor saberlas pero que las estén ocultando”.

El soporte para su aliento dramatúrgico de Sandra Burgos son Ibsen y Chejov: “En Archipiélago hay influencia de Ibsen y Chejov, un poco por como quise llevar a cabo esta tragedia. Siento que se parece a Ibsen porque pareciera que termina arriba, que su final no haya declive. En Chejov se parece en esta descriptiva de sus acotaciones, costumbrista realista. Por ello, en Archipiélago en navidad, está pasando algo, en realidad el espectador está hirviendo dentro de ella y que en cualquier momento explota”.

Compartir:

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *