Roque Gil Marín Vassallo
Comitán, Chiapas
Don Pancho Sarabia no nació en Chiapas, sino que en la Lagunera ciudad de Lerdo, en el centro norteño estado de Durango, el día 3 de julio del año de 1900, y con base en lo que nos dice el maestro Edgar Robledo Santiago en su bella y útil obra titulada “Valores Humanos de Chiapas”, este grandioso hombrecito supo dar a Chiapas -y a los chiapanecos- mucho más y de lo mejor que tenía, que miles de chiapanecos que jamás le dan nada a nadie y por esto da lo mismo que sean de Chiapas o de cualquier otro lugar del mundo. Pero don Pancho Sarabia Tinoco, entregó parte de su grandiosa y muy útil existencia para el beneficio y la superación de una buena parte de nuestro pueblo, lo que no hacen miles de chiapanecos de antes y menos de los actuales.
En la Sultana del Norte (Monterrey, Nuevo León), instaló la primera escuela de aviación y es aquí donde es contactado por algunos entusiastas chiapanecos que lo invitaron a visitar nuestro estado, lo que de forma cordial Panchito aceptó, y cuando vino dio inicio a sus labores aéreas transportando café y cacao de lugares como Tapachula, Chilón, Yajalón y Motozintla hacia el estado de Tabasco, en donde eran exportados hacia países de Europa. De Tonalá, Chiapas, transportaba camarón, pescados y panela, hacia el norte del país.
Puso la primera escuela de aviación en Tapachula y fue maestro de varias generaciones de pilotos aviadores chiapanecos, a los que les conseguía aviones en Estados Unidos de América, para que trabajaran transportando todo tipo de mercancías, pero especialmente café y cacao. También fundó la Compañía de Servicios Aéreos de Chiapas en 1932 y organizó la Compañía de Transportes Aéreos de Chiapas en 1936, bajo su dirección.
El temerario capitán Francisco Sarabia Tinoco, se impuso un reto a sí mismo cuando decidió hacer vuelos “imposibles”, como de México a los Ángeles, California, a Mérida, Yucatán y a Guatemala; pero su hazaña grandiosa que le valió ganarse la eternidad, la hizo el día 24 de mayo de 1939, cuando despegó del Campo de Balbuena de la Ciudad de México y en un tiempo récord de 10 horas con 48 minutos, voló sin escalas entre la Ciudad de México y la entonces lejana ciudad de Nueva York, imponiendo un record mundial que por mucho tiempo nadie igualó, piloteando su avión que se llamaba “El Conquistador del Cielo”, que, a su regreso el 7 de junio del mismo año, tuvo problemas con sus motores y se precipitó sobre las caudalosas aguas del grandioso Río Potomac, donde Panchito perdió la vida pero ganó la eternidad. Salud.