Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Me maravillo que México, con todas las agravantes ¡no haya más muertos!
La escuela y cátedra, con temor ante el desconocimiento de la fisiología elemental.
Desconocen los componentes del cuerpo, en consecuencia los educandos carecen de ese conocimiento.
¡Conocer, evita el miedo!
Es indispensable crear contenidos asequibles a la educación elemental.
Lo diré de la manera más simple que me sea posible.
En los huesos se encuentra la médula ósea, en ellos se forman los elementos de la sangre que circula por los vasos sanguíneos, unos transportan oxígeno dióxido de carbono los eritrocitos, otros se fragmentan para taponar las heridas que se producen en los vasos continuamente, los megacariocitos para formar plaquetas y los otros -los más- defienden contra bacterias, hongos, parásitos, células mutadas que se inmortalizan, llamadas neoplasias, que actúan contra el propio organismo produciendo enfermedades autoinmunitarias.
Desconocer todo lo que haces en tu organismo, provocará daño.
Para no captar ni transmitir ningún microorganismo, tendrías que pasar un proceso de esterilización. Al estar estéril, morirías. Las bacterias son indispensables para la vida, forman de 1 a 2 kilogramos de tu peso corporal.
¡No va a desaparecer la humanidad!
Se ha dicho infinidad de veces que vacunado o infectado, no serás inmune o resistente a las mutaciones. Preguntar lo mismo indica falta de atención o atención dispersa.
En el mundo hay una palabra que utilizamos mucho: “esperanza”. Tengo esperanza en no enfermarme y que mi sistema inmunológico actúe de manera correcta.
Si te vacunas seguirás en contacto, tus receptores de membrana bloquearán la entrada o hace que la respuesta de inmunidad celular o humoral, actúen en forma rápida y lo elimine.
Inmunizado podrás portar el virus o contagiar. La cadena de duplicación viral se romperá, será menor.
Si tocas cualquier superficie y te llevas la mano a cualquier mucosa ¡te estás inoculando!
Las variantes brasileñas y la India, ya están en México. El grado de infectividad se corrobora por el incremento de hospitalizados, variación en los síntomas de gravedad e infectados en edades más tempranas.
