Karla Gómez
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Kuxlejal (Vida) producción de Vientos Culturales, es un documental bilingüe triplemente interesante. Refleja los cuestionamientos que tienen los jóvenes, quienes ya no visten ropa tradicional pero se refugian en su lengua tsotsil, además de ser rechazados por adultos y ancianos en una comunidad donde hay machismo y discriminación.
Si bien la temática principal es el suicidio en los jóvenes, problemática que ha suscitado dentro del núcleo familiar y social, también se vincula con los procesos culturales de un territorio y la búsqueda de la identidad a partir de una expresión como es el hip hop, en el cual preservan tanto la lengua, como la casa en donde se habita y se permiten hablar en público.
Ha obtenido el premio Japón en el 2018 y el premio UNESCO Prix Jeunesse 2020. Dirección: Elke Franke. Producción: Humberto Gómez Pérez. Fotografía: Juan Antonio Méndez Rodríguez. Sonido directo: Humberto Gómez Pérez y Elke Franke. Edición: Elke Franke. Música: Cristian Valentín Molina Ramos y S-Hip-Hop Lumaltik. Idiomas: tsotsil y español.
Con el apoyo de herramientas narrativas y audiovisuales, se cuenta cómo Érick González, un joven de San Andrés Larráinzar, ubicado dentro de la región de Los Altos de Chiapas, comparte su testimonio de cómo el uso del alcohol y las drogas ha afectado a sus amigos y cómo ellos han terminado suicidándose, como Pilo, en una localidad con 2 mil 364 habitantes de acuerdo a datos del Inegi en 2010.
El clima de 14 grados que puede tener San Andrés Larráinzar se siente en la propuesta audiovisual. Es un frío que también acompaña el silencio y la falta de oportunidades que han tenido los jóvenes para expresarse. Rodeados de la naturaleza, alejados de las ciudades de la entidad chiapaneca, estos jóvenes adolecen su entorno, sienten que no son necesarios o importantes. Sin embargo, se refugian en su propio lenguaje, en su canto heredado, pese a exhibir que en las escuelas tienen prohibido hablar el tsotsil, para cantarle a la vida y a quienes ya han partido.
El documental recoge testimonios. “Se hizo como un impacto social -comparte la directora Elke Franke- queremos que haya un cambio, salvar vidas y menos suicidios. Sabemos que una película no puede lograr todo eso de la noche a la mañana. Sin embargo, con la peli, pudieron decir esto me está pasando. Permite acercarse al mundo y sentir a los jóvenes. Todos tenían una experiencia cercana con el suicidio”.
Sin embargo, la directora también refiere que la idea de hacer la pieza audiovisual surgió hace algunos años, ya que Ulises Soto habló sobre los índices de suicidios en los Altos de Chiapas, esto derivado de un trabajo de investigación de la Universidad Autónoma de Chiapas. Por tanto, hicieron un reportaje para Vientos Culturales TV en 2017.
Posteriormente, realizaron las gestiones para desarrollar este documental no ficción que reúne voces de jóvenes que hablan sobre cómo el suicidio ha afectado y sus deseos de que esto pare ante la oferta de drogas en la comunidad y no están siendo castigados por la venta de esos productos. Fueron a la localidad y en el Cobach coincidieron con Érick González, un joven apasionado quien platicó sobre la pérdida de su amigo y las ganas de generar necesidades artísticas para su entorno, como el S-Hip-Hop Lumaltik. El rodaje se realizó a finales de diciembre 2018, a julio 2019. El montaje inició paralelamente con la producción.
Elke Franke sostiene que el hip hop es la importancia de la lengua materna, los identifica como individuos y define la identidad. Asociado con la discriminación y racismo hacia los pueblos originarios, dentro de los propios pueblos: “La película es un antes y después para los chicos y ha tenido un impacto positivo en su vida, superación personal, autoestima, sentirse valorados”.
