Roque Gil Marín Vassallo
Comitán, Chiapas
20 de octubre de 1863.
Chiapa de Corzo, Chiapas.
Uno de los pueblos que cuida, conserva y engrandece con más celo, amor y fidelidad nuestras tradiciones, costumbres, leyendas y mitos, en todo el territorio nacional y en especial en el estado de Chiapas, es sin lugar a dudas el epónimo y legendario asiento de los fundadores de nuestra idiosincrasia: los Soctones o Chiapanecas, que dejaron a sus descendientes radicados en su territorio de la antigua Nandalumí, legendaria Chiapa de los Indios y eterna e inmortal cuanto más bella, heroica y colonial Chiapa de Corzo. El deber inalienable y el compromiso indeclinable de conservar lo nuestro no solo para nosotros, sino que a la vez difundirlo y presentarlo ante el resto del mundo como algo propio, que nos llena de orgullo y nos da identidad y presencia como nación culta y hospitalaria que mediante el trabajo, la armonía social, el respeto mutuo y la solidaridad, se proyecta hacia el progreso y la felicidad.
Fue en Chiapa de Corzo, Chiapas, donde un buen día, caluroso y soleado, se registró una de las páginas Heroicas de mayor trascendencia y valor histórico que haya en el calendario iconográfico nacional, como lo es La Batalla del 21 de Octubre de 1863, protagonizada por los ejércitos rivales de antaño durante la intervención francesa, cuyos paladines fueron: por los liberales, el inmortal y grandioso Indio de Guelatao, el Presidente Benito Juárez y el Gobernador de Chiapas, Gral. Ángel Albino Corzo Castillejos; y por sus enemigos mortales, el duque austriaco Fernando Maximiliano de Habsburgo, Emperador de México, y el “Gobernador Intervencionista” de Chiapas, don Juan Ortega; batalla en donde no solo se impuso la razón, sino que imperó el amor patrio y el fervor nacionalista de los liberales que ganaron esta batalla.
Pero la noche anterior a esta gesta heroica, dejó una imagen inolvidable e imborrable en la memoria y en el recuerdo de un pueblo que supo cumplir su deber ante esta difícil tarea de defender la Soberanía Nacional y el Honor Patrio, y año con año, cada 20 de octubre por la noche, el pueblo entero de Chiapa de Corzo se desborda de júbilo, de alegría y de unidad popular y realiza una ceremonia cívica a la que se le conoce como La Noche de Los Faroles, con un policromado concurso de farolitos manufacturados de tonos multicolores y luces radiantes que luego, encabezados por las autoridades locales, realizan una marcha nocturna en la que florece la dignidad y el orgullo de este pueblo.
Así se rememora la velación de las armas de guerra que ambos ejércitos utilizaron en esta batalla y se recuerda que tanto la libertad como la soberanía, deben ser resguardadas por soldados de la patria que no se duerman ni se dobleguen, ni por la mayor cantidad de enemigos que tengan los contrarios ni por el cansancio físico que produce la lucha armada, sino que hay que dar la sangre y la vida en aras de la Patria.
Este hecho glorioso bien vale la pena conocerlo, sería bueno que en alguna ocasión se dieran un tiempecito para formar parte de las masas que participan en el recorrido por los ex fuertes militares de: La Piedra Ahorcada, San Gregorio, San Sebastián y El Calvario y escuchar a los oradores que año con año repiten las descripciones históricas de lo que sucedió en cada uno de estos lugares de leyenda. ¡Viva México!
Velación de las armas, previo a la Batalla del 21 de octubre de 1863.
