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La Tercera llamada diferente de Casquito

Karla Gómez

Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

La tercera llamada se da de manera diferente. Desde el Facebook del Coneculta-Chiapas, se anuncia que en unos momentos inicia la transmisión de Casquito, del grupo independiente La Pochota Teatro, como parte de la transmisión del Circuito Cultural a Distancia. Mientras, los usuarios de la red social esperan a que la proyección escénica suceda bajo esta modalidad.

El primer montaje del grupo creado en 2016, como resultado del apoyo recibido por el Fonca a sus creadores escénicos, cuenta la historia de un niño de una pequeña comunidad pesquera a orillas del manglar chiapaneco. La propuesta emplea lenguaje coloquial y aborda temáticas como adicciones y violencias.

Joan Alexis Robles, director, dramaturgo y actor, presenta el unipersonal desde un soporte totalmente distinto. Ahora el público se encuentra desde el otro lado del monitor, el acto no sucede desde un escenario tradicional. Actividad que, tanto en la entidad como a nivel nacional, se realiza ante la pandemia de la Covid-19, ya que los foros están cerrados para evitar posibles contagios entre las personas que atienden el llamado del teatro.

El encuentro fue una experiencia diferente a las presentaciones que tuvo en las muestras Estatal, Regional y Nacional de Teatro en el 2017. Robles, comparte que no es lo mismo presentar la obra al público que registrarla en video; aunque con ello se puede llegar a un público que seguramente no irá al teatro.

“La iluminación, tanto el sonido, deben matizarse para ser percibidas con detalle por la cámara. Se debiera tener una noción mínima de fotografía para que estos elementos y los encuadres guarden cierta estética que ayude al montaje y no lo demerite. El director de la obra entonces, debiera tener también injerencia en esta parte. La parte técnica también comunica”, comenta.

Asimismo, comparte que no es lo mismo actuar para un gran teatro con mil personas, o en un pequeño foro con 20, así como tampoco hacerlo para una cámara. En esta última, el riesgo principal es querer accionar de la misma forma, ya que lo más común es caer en actuaciones acartonadas, mal llamadas “teatrales”.

Respecto a la importancia del público, considera que “el público presente es crucial”; asegura que “eso hace que finalmente se llame teatro o se tenga una experiencia teatral”.

“De lo contrario, debiera llamarse video teatro, video home, teatro digital, on line, no lo sé. Es algo más parecido al cine […] no olvidemos que NO estamos haciendo teatro como tal, lo estamos transmitiendo, grabando, teniendo como intermediario una cámara y una conexión digital”, destaca el dramaturgo.

Confiesa que este formato no termina de gustarle. Aunque reflexiona que se genera un público, pero de acuerdo a su perspectiva, un público pasivo, flojo, que tan sólo tiene que darle un click para que se dé la tercera llamada, que no se prepara para ver teatro:

“Cuando llega el oscuro final, pasa inmediatamente a otra cosa, a otra aplicación, a otra red social, no tiene el tiempo para reflexionar lo vivido, para regresar a casa con la sensación que el teatro da. ¿Y qué hay del actor? Ese que ya no tiene la conexión con el público, necesario para ir afinando su técnica, porque no olvidemos que en nuestro estado prevalece más el teatro amateur o semiprofesional, que otra cosa. ¿Qué pasa con ese actor que no tiene esa retroalimentación, que no siente cómo la respiración del público se detiene cuando la escena los ha perturbado o que no siente cuando el público no ha sido enganchado por la ficción? Este formato aún tiene mucho que trabajar y definir. ¿Es teatro, es cine, es algo en medio?”.

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