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Literatura, fuga a la insoportable realidad

La Jornada

Ciudad de México

La novela Serafín es la manifestación del Mal, con mayúscula. En ella, habita “un personaje al que nunca se le salió del alma”, revela el escritor Ignacio Solares, quien rescribió el relato durante el encierro de la pandemia y es publicada en su nueva versión por editorial Era.

En entrevista, afirma que la literatura ha sido una de las grandes fugas posibles para vivir cientos de vidas ,“lo único insoportable es la realidad real”.

Originalmente publicada en 1985, la novela corta relata la travesía del niño en abandono, quien sale de su pueblo después de que su padre se fue y se instaló la tristeza, se dirige a la gran ciudad para buscarlo y entregarle una carta de su madre. En la obra “equilibra eficazmente la realidad y la imaginación, lo extraño y lo cotidiano, lo simbólico y lo manifiesto”, consigna José Agustín en la contraportada del libro que comenzó a circular recientemente.

Solares detalla que Serafín, el pequeño héroe, “vive un infierno en la Ciudad de México. Creo que existe el Mal con mayúscula. Él está rodeado de ese Mal que lo acosa, que lo hace dormir en las calles, abajo de un árbol o de un portal de una casa y que lo pateen. ‘Niño, pareces un perro’, le dicen”.

Durante el confinamiento, Ignacio Solares (Ciudad Juárez, Chihuahua, 1945) se dedicó se releer a casi todo Dostoievski, “es mi autor predilecto, yo diría iluminador”. Al mismo tiempo rescribió Serafín. La nueva versión tiene un final diferente al que descubrieron los lectores hace 35 años cuando la publicó editorial Diana. “Yo tuve la sensación de que ese personaje nunca se me había salido del alma. Retomarlo fue un dolor y un placer enorme. Sufría con el personaje, pero a la vez fue un placer de escritura misma”.

El tiempo le dio una madurez que se refleja en la novela, considera, ayudó a crear una versión con un nuevo carácter, “como afinar una melodía”. Mejoró el trabajo con las metáforas, las imágenes y el estilo. Con el avance de los años, “he cambiado para peor. Duermo poco, pero mal. Me obsesiono”.

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