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Real y Pontificia Universidad de México

Roque Gil Marín Vassallo

Comitán, Chiapas

Lo que hoy en día el mundo conoce como Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), es el fruto de un prolongado desarrollo histórico que se inició el 25 de enero de 1553, en que abrió sus puertas la educación universitaria del país, con el nombre de Real y Pontificia Universidad Nacional de México, inaugurada por el segundo virrey de la Nueva España: Luis de Velasco (padre), que concretizó la Real Cédula expedida por el emperador Carlos Quinto el 21 de septiembre de 1551, cuando el monarca recibió la propuesta que le girara el entonces primer virrey Antonio de Mendoza y contaba con la aprobación del primer obispo de México: Juan de Zumárraga.

Se considera la más antigua y prestigiada de toda América Latina. ‘Real’ porque fue creada por Carlos V y concebida por el virrey Antonio de Mendoza, así como por personas de la realeza española que sirvieron de catedráticos para su apertura. ‘Pontificia’ por la fecha de su apertura: 25 de enero, que de acuerdo al calendario católico se produce la conversión de San Pablo, declarado protector de esta universidad.

La Real y Pontificia Universidad de México, inició sus cursos de Educación Superior con las siguientes cátedras: Teología, impartida por el Presbítero Pedro de la Peña; Sagrada Escritura, a cargo del Presbítero Alonso de la Veracruz; Decretales, a cargo del Lic. Pedro Morones; Decreta, por Bartolomé de Melgarejo; Instituta, por el Lic. Bartolomé García; Retórica, a cargo del Lic. Francisco Cervantes de Salazar; y Gramática, por el Bachiller Blas de Bustamante.

El 21 de noviembre de 1554 se funda la Escuela de Derecho con los modelos educativos del Doctor Francisco Vitoria, que se impartían en la Universidad de Salamanca, España; La Escuela de Medicina se inició en 1579, luego Ciencias en Lenguas Indígenas en 1581, la de Lenguas Orientales en 1792, la Cátedra de Escoto en 1658 y la de Maestro en Sentencias (juez) en 1776.

El 25 de junio de 1856, el presidente interino de México Ignacio Comonfort, promulga la Ley de Amortización de Manos Muertas -conocida como Ley Lerdo, por su creador Sebastián Lerdo de Tejada- cuyo propósito era la Confiscación de los bienes de la Iglesia católica y todas las corporaciones privadas, y esta Ley provocó cruentos enfrentamientos entre el gobierno y el clero y los conservadores, que con la llegada del Emperador Maximiliano de Habsburgo lograron cerrar la universidad con base en un decreto expedido por este emperador en 1865.

Así permaneció cerrada, hasta que a propuesta del Ministro de Instrucción y Bellas Artes, Justo Sierra Méndez, el 26 de mayo de 1910, el presidente de México, Porfirio Díaz Morí, firma el decreto para la reapertura con el nombre de Universidad Nacional de México, bajo la dirección del gobierno federal, que designó como primer Rector al Lic. Joaquín Eguía Liz, a quien Justo Sierra le tomó la Protesta de Ley.

El 9 de julio de 1929, el presidente de México, Emilio Portes Gil, otorga la Autonomía a la universidad, cambiando su nombre a Universidad Nacional Autónoma de México, a la que se le formula el Lema simbólico de su existencia nacionalista, que dice: “Por mi Raza hablará el Espíritu”, concebido por el grandioso maestro de América: José Vasconcelos Calderón, y el Concejo Universitario eligió como su primer Rector al Lic. Ignacio García Téllez. ¡Viva nuestra Máxima Casa de Estudios en México! ¡Viva México!

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