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Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

Está ligada con la naturaleza. El tema es apasionante, complejo, implica peligros para la humanidad, exige que las acciones se orienten hacia la solución de enfermedades, siendo indispensable la educación preventiva. De no hacerlo, estás condenado a perecer como individuo y finalmente como especie. Se especula que a diario desaparece una especie del planeta tierra.

Los murciélagos poseen múltiples virus en su cuerpo, permitiendo el intercambio génico. Si el coronavirus en el murciélago saltó al pangolín o no, aún es terreno de investigación y especulación. Los virus y bacterias pueden compartir su ADN y ARN. La naturaleza agredida en demasía, crea mecanismos de compensación traducidos en nuevas patologías que disminuyen la población humana, hasta ahora sin desaparecerla. Existe la sobrepoblación. Los virus se duplican, no se replican: replicar es un verbo intransitivo, responde en forma contraria a una verdad o mentira a objetar. No se debe utilizar en español para expresar que el material genético hizo una copia de sí mismo.

¡Es importante reconocer la zoonosis! Las enfermedades transmitidas por animales a la especie humana. La salud se alcanza mediante el conocimiento. Quien desconoce no teme o exagerará en sus miedos. ¡A la madre naturaleza, la desconocemos! Citan la existencia de 1200 especies de murciélagos. Se define como especie, cuando pueden procrear entre sí. Si logran reproducirse especies diferentes, lo definirás como “raza”. El inglés es el idioma de moda en la ciencia, en él se denomina “Human Race”, que traduciría como ‘raza humana’, en vez de decir ‘Especie humana’ = “Human Specie”. Permitiendo reflexionar si todo lo científico se escribe en inglés, cuando se habla de especie no se está hablando de “Raza”, definida como caracteres morfológicos que diferencian a dos poblaciones de la misma especie. El concepto de raza, la ONU la definió como inoperable, inviable, discriminador, por lo tanto obsoleto entre 1945-1948. Hecho acaecido en EUA, donde a Jessie Owen, velocista ganador de las olimpiadas de Berlín 1936, fue discriminado en la fiesta en su honor en el hotel Waldorf Astoria de New York, haciéndolo comer en la cocina por ser de piel obscura. En cambio, en 1970 en Owens Story, Jesse afirmó que recibió felicitación oficial por escrito del gobierno alemán y “Cuando pasé cerca suyo, el Canciller Hitler se levantó, me saludó con la mano y yo le devolví la señal”. La salud social es incompatible con el racismo y la discriminación, en consecuencia: ¡No existe salud!

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