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San Antonio Abad; venerado en Chiapa de Corzo

Karla Gómez

Diario de Chiapas

El domingo 17 de enero fue diferente. Las calles de Chiapa de Corzo tenían el ritmo cotidiano del pueblo. Poca gente caminaba por el parque central, cerca de La Pila. Algunos visitantes y habitantes de la ciudad heroica aprovechaban el momento para a arrojar monedas en la fuente y pedir un deseo, que no se concretó: no hay fiesta tradicional, no hay colores ni sonidos estallando en cada rincón del Pueblo Mágico.

Como una vía de prevención, el Ayuntamiento y el patrón de los Parachicos, Guadalupe Rubisel Nigenda Gómez, decidieron que este 2021, la celebración se llevara a cabo de manera íntima, en familia.

Doña María Velázquez Vázquez, desde hace cuatro décadas celebra de manera interrumpida a San Antonio Abad. Esta vez, el santo estaba rodeado de flores y veladoras; así como de piñatas de parachicos y chiapanecas, personajes icónicos para esta fiesta. Pese a ello, tampoco se realizó la tradicional quebrada de piñatas que organizan para los niños y las niñas cada 17 de enero.

Desde la ventana de la puerta negra de la casa de doña María, se acercaban los creyentes de San Antonio Abad. Se persignaban, oraban frente a él, a distancia. Sin embargo, los fervorosos pudieron también vivir el encuentro con la imagen religiosa con la misa transmitida desde la fan page del Patrón de los Parachicos.

“Ahorita con la epidemia no lo llevamos a escuchar misa, por eso se realizó desde casa. No hay marimba, no hay banda, no se hizo su fiesta como es. Espero en Dios y María Santísima poder hacer su fiesta el próximo año. Nos queda cuidarnos de la enfermedad, evitar a andar en la calle”, menciona en entrevista doña María, quien tiene 70 años y desde niña ha vivido la tradición junto a sus tías Agustina Romana y María, pues la imagen ha pertenecido por generaciones a la familia Velázquez Flores.

La entrevistada es la heredera de San Antonio Abad, madre de tres hijos, se dedica a hacer bordados de camisa de chiapanecas y vende comidas: lomo relleno, pepita con tasajo, chile en relleno, tamales de mole, bola y cambray. Reconoce que nunca pensó que una enfermedad evitaría la celebración al santo.

Cabe destacar que, durante la quema de santos en 1934, la imagen se escondió en algún lugar camino a San Gabriel y regresó a su lugar después de esa guerra cristiana. Debido a los temblores de 1975, esta imagen se llevó a Tuxtla Gutiérrez, volviendo un año después.

Asimismo, San Antonio Abad es una de las imágenes que se veneran durante la Fiesta Grande de enero. Se dice que es el barrio con mayor tradición, debido a que es cuna de tres patrones de los parachicos (una de las figuras principales de esta celebración): don Atilano Nigenda Mendoza, don Arsenio Nigenda Tahua y Guadalupe Rubisel Nigenda Gómez.

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