Eduardo Solís
Diario de Chiapas
Aunque ya existen reuniones en las que se van buscando las dinámicas bajo las que se pueden abrir de nueva cuenta los espacios públicos y recibir deportistas en la capital chiapaneca, es una realidad que la vuelta a semáforo rojo detendrá esos avances y habrá que replantear los planes en Tuxtla Gutiérrez.
Ya se había comenzado a trabajar con protocolos individuales en cada una de las ligas que ocupan esos espacios, que deberían cumplir con lo que se ha solicitado a nivel federal, estatal y municipal; pensando en la necesidad de evitar espacios en los que se puedan dar contagios.
Es evidente también que, las mismas ligas han estado analizando las posibilidades, pues reconocen que será complicado hacer que los deportistas y hasta los mismos organizadores, puedan hacer caso de estas disposiciones, que son un condicionante importante para que se vuelva a la actividad.
También es evidente que, lo que se había avanzado en llegar al semáforo naranja, que ya permitía algunas posibilidades, volverá a hacer a los propietarios de clubes si respetan lo que ya habían establecido, como en algunos casos que abrirían a mitad de julio sus puertas para recibir deportistas, algo que no se permite en semáforo rojo.
A pesar de que algunos gimnasios ya abrieron sus puertas, es necesario entender que deben cumplir con una serie de requisitos que no los conviertan en un foco de infección, pero son más los usuarios quienes deben tomar medidas propias para evitar colocarse en riesgo en cualquier espacio en el que se dispongan a realizar actividades físicas.
La normalidad volverá cuando los contagios disminuyan, pensando en que Tuxtla es el municipio con más casos registrados y a la espera de que se puedan controlar con los ciudadanos tomando la iniciativa y asumiendo las medidas preventivas, algo que ha pasado poco en la capital chiapaneca.
