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Editorial

¡financiamiento de partidos!

Cuando la situación económica nacional se encuentra en su peor momento, se acaba de aprobar en el INE la propuesta de un aumento importante para el financiamiento de los partidos para el 2021. Esto se acaba de dar a conocer.

Mientras se observa una franca parálisis en la mayoría de los partidos, ya se prepara el presupuesto que habrá de ser útil para el proceso político del 2021.

Sería interesante dar a conocer mediante el mecanismo de transparencia y rendición de cuentas en que utilizan estos dineros los partidos políticos, tomando como referencia las cuentas que tenían que haber entregado en el 2018 y en el 2019, que seguramente sirvieron de base para preparar el nuevo presupuesto.

Por lo pronto el financiamiento público destinado a los partidos políticos para 2021 será de 7 mil 226 millones de pesos, esto fue aprobado por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral, que representa un aumento nominal de más del 37 por ciento con respecto al de 2020, cuando fue de 5 mil 239 millones de pesos.

En sesión del Consejo General, la consejera Claudia Zavala explicó que este monto no lo define la autoridad electoral, sino que es producto de la aplicación de una formula prevista en la Constitución.

Desde luego explica Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE, que la racionalización o no de esta propuesta de financiamiento representara una discusión pública y legislativa pendiente, la cual, sin duda debe realizarse con altura de miras, con una visión de estado, que esté exenta de revanchas y corto placismos, es decir, que piense en fortalecer la democracia y el sistema de partidos, antes que nada.

Añadió Lorenzo Córdova que el financiamiento público ha contribuido a la equidad en las contiendas y ha impedido que los grandes intereses particulares que están detrás de las aportaciones privadas, se impongan sobre el interés general.

Refiriéndose principalmente a las aportaciones de dinero procedente del crimen organizado o de los presupuestos públicos, como se acostumbraba en el pasado.

Al discutir el tema del dinero que la sociedad le invierte a la política debe encontrar un difícil punto medio, un difícil equilibrio que media entre un gasto racional y justificado y los excesos que no pueden ser aceptados.

Del total del financiamiento aprobado de presenta un análisis, 5 mil 250 millones de pesos se destinarán al sostenimiento de las actividades ordinarias de los partidos políticos, mil 575 millones para las campañas, 157.5 millones para las actividades específicas, como promoción política de la mujer, 210 millones para las franquicias postales, y 693 mil pesos para las telegráficas. Para el gasto de campaña de los candidatos independencias se canalizarán 31.5 millones de pesos, monto similar al que recibiría una fuerza política de nueva creación.

Dos aplicaciones de estos gastos resultan interesantes, los más de 157 millones de pesos para la promoción política de la mujer, y los 31 millones de pesos que habrán de destinar para el financiamiento de las candidaturas independientes.

Los partidos políticos de acuerdo a este presupuesto, habrán de recibir en el 2021, más de cinco mil 250 millones de pesos, para el sostenimiento de las actividades ordinarias.

El problema es que la mayoría de los partidos, llevan sin hacer alguna actividad, por lo menos 6 meses, pero el presupuesto 2020 se sigue gastando en parte en una nómina de estructura, y el resto se ignora, porqué ninguno tiene un programa de capacitación política o actividades de proselitismo.

En Chiapas el único partido serio que anda realizando actividades políticas es el Partido del Trabajo, del resto se desconoce que es lo que está pasando: el PRI mantiene cerradas sus oficinas, el PAN en silencio, el PRD tratando de resolver sus problemas internos y Morena haciéndole al policía chino.

La interrogante que se hacen los ciudadanos, es para qué se les otorga un presupuesto a los partidos políticos, si los procesos electorales a la hora de celebrarse, demuestran una gran pobreza ideológica y una escasa participación, lo que da origen a la estrategia de “compra de votos”. Esto refleja la falta de trabajo de los partidos políticos en México, a pesar del dinero que se invierte.

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