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Indefensos por falta de puentes peatonales

Editorial

 Indefensos por falta de puentes peatonales

Con el paso de los años, los políticos encumbrados en el poder o los que se encuentran en su casa disfrutando “de un merecido descanso”, se olvidan que no cumplieron con sus promesas. Quienes nunca lo harán son aquellas familias de algún ciudadano atropellado cuando intentaba cruzar alguna congestionada arteria vial en la ciudad capital.

En julio de 2011, un año antes de que los diputados de la LXIV Legislatura local terminaran su gestión, aprobaron la construcción de 18 puentes peatonales, la mitad de los cuales serían utilizados para fines publicitarios. Su edificación se haría en convenio con empresas privadas.

Han pasado 11 años y no se sabe de alguno que haya sido construido, producto de ese anuncio registrado en el Diario de los Debates. En la capital chiapaneca, hoy en día existen 41 puentes peatonales, los cuales la mayoría están obsoletos, presentan daños en su infraestructura o son un nido perfecto para que operen los delincuentes. Ante esta situación, la gente prefiere no utilizarlos y arriesgar su vida cruzando por debajo.   

De acuerdo con Tránsito Municipal, de los 41 «activos», sólo dos son funcionales con rampas para personas con discapacidad, lo que significa el atraso en que nos encontramos para brindar atención a este sector.

El anunció incumplido desde hace cuatro trienios no ha variado en nada. Se sigue padeciendo de estructuras funcionales que garanticen la seguridad e integridad física de los peatones. A los alcaldes lo único que les preocupa es su patrimonio y posición política, pues los derechos ciudadanos se los pasan por el “arco del triunfo”.

Las estadísticas de personas atropelladas en la ciudad se han multiplicado debido a que nadie se ha tomado la molestia de gestionar e impulsar la edificación de puentes, los cuales su costo no rebasa los tres millones de pesos, recurso que un Ayuntamiento como el de Tuxtla, se gasta en menos de 15 días en publicidad, “difundiendo” supuestas actividades institucionales.

El ciudadano, el que paga sus impuestos de manera puntual, tiene derechos y la autoridad la obligación de velar por que se cumplan. Desde hace casi dos décadas, sobre el libramiento sur y norte no se han construido puentes y lo que sí hay son muertes de personas que andan toreando los carros para cruzar estas dos importantes arterias de la capital.

Partiendo de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, en la zona oriente, a la altura de la Central de Abastos, una estructura en mal estado da paso a los parroquianos que cruzan la arteria para abordar las unidades de transportes hacia Chiapa de Corzo o San Cristóbal. De este sitio, hacia el poniente norte y sur de la ciudad, el calvario inicia para quienes tienen la necesidad de cruzar los libramientos.

Cuatro puentes se ubican en la zona sur, uno frente a Seguridad Pública, un segundo que enlaza a las colonias Cerro Hueco y Francisco I Madero, un tercero en la Calle Central y el último frente a la colonia Zoque y de ahí párele de contar. En el libramiento Norte se encuentran el primero a la altura del Tribunal Superior de Justicia, a 300 metros un segundo que comunica a la colonia El Rosario e Infonavit Grijalva, un tercero frente a la Unicach, (relativamente nuevo), un cuarto casi frente a Canal 10 y un quinto en la Fuente del Conejo. Los que se localizan frente a la Clínica 123 del IMSS tiene menos de cinco años de edificado y uno más que se construye de la tercera y cuarta oriente, a la altura del Mercado Del norte. El ruego de la burocracia para construir uno en el cruce que hace la Torre Chiapas ha quedado en el limbo.

Si se carece de estos espacios que salvan vidas, qué esperan para empezar a planear obras simples, pero, prioritarias. Es cierto, la falta de cultura de muchos ciudadanos ha provocado que se produzcan hechos lamentables, pero eso no debe preocupar, lo importante es responder con lo que les toca.

No tomar en cuenta que, de cada diez personas, cinco no utilizan el puente peatonal, es un error. Primero se tienen que implementar campañas para cambiar ese hábito; segundo, rehabilitar los existentes, que tengan luz, y, sobre todo, vigilancia policiaca para que se terminen los delitos que se cometen en estos espacios.

Si algunos de las estructuras no dependieran del Ayuntamiento, siempre habrá recursos legales para obligar a quienes son concesionarios de los mismos, a cumplir con la ciudadanía.

Hay que trabajar en este tema delicado, para bajar las estadísticas que reporta el Inegi en el sentido de que los peatones ocupan el tercer lugar por muerte en accidentes de tráfico, con un puntaje de 24.3%.

Por si no lo sabe, la ciudadanía, de acuerdo al reglamento de Tránsito Municipal, en su artículo 65, apartado VIII, responsabiliza al peatón: “cuando en un cruce, exista puente peatonal, el peatón que se encuentre en un radio de cien metros, está obligado a usarlo; la contravención de esta disposición hace responsable al peatón de los daños que resulten”.

Justo eso es lo que se debe prevenir. El Ayuntamiento de Tuxtla tiene la palabra para darle seguridad a la población pues una ciudad sin garantías viales y urbanas estará siempre en el ojo del huracán.

 

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