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Editorial

¡la delincuencia en Tuxtla!

Mientras el alcalde de la capital del estado, está ocupado jugando a las luchitas y corriendo a sus colaboradores, haciendo negocios con el arreglo de calles con sus incondicionales, la ciudadanía padece los peores agravios de la criminalidad de la calle y de la organizada.

Ya van varias personas que se quejan de los robos e intentos de robos de celulares y de bolsas, de que han sido objeto en la esquina de la primera Oriente y la quinta sur, a las horas pico, que es cuando las banquetas de esa calle que viene de la cuarta a la quinta sur esta plena de gente caminando.

De pronto alguien empuja a una persona, y de paso le roba el celular, o le abre la mochila.

Lo más triste es que cuando identifican al ladrón, el problema es conseguir un policía. Como los bandidos trabajan en pareja, hombre y mujer, se dan por ofendidos, hasta que consiguen que la mujer desaparezca de la escena con lo robado.

El problema es para la víctima porque se lleva un buen tiempo para que le reciban la denuncia, y a las pocas horas, por el monto de lo robado, el ladrón queda en libertad, para seguir cometiendo fechorías.

Peor les va a los que les roban un automóvil o una camioneta, ya que lo único que registran es que no hay una estrategia a nivel municipal para atrapar a los delincuentes.

Más de alguno termina preguntándose para qué sirven los retenes en las entradas y salidas de la ciudad, y los patrullajes por algunas calles.

Alguien recibe el reporte de robo, pero este no hace absolutamente nada, porque no cuentan con un protocolo para la localización del vehículo robado.

Los agentes de tránsito que circulan con motocicletas, están en plena cacería de una infracción, para aplicarla toda o llevarse una jugosa mordida, ninguno tiene la consigna de trabajar en la localización de los vehículos robados.

La ciudadanía de plano está perdiendo la confianza en la autoridad municipal, en las policías de seguridad y tránsito, porque no registran una sola intervención para frenar la criminalidad en la capital del estado.

2020 ha iniciado con los peores augurios para la ciudadanía, muchos robos y una franca impunidad para los criminales.

Hasta ahora Carlos Morales como es su costumbre, no ha respondido si acepta la propuesta del Fiscal General del Estado, Jorge Luís Llaven Abarca, de rendir un informe semanal a los tuxtlecos, para garantizar una mejor comunicación y dar cuenta de los avances en el diseño y operación de una estrategia de seguridad municipal.

Es importante que, en Tuxtla Gutiérrez, se informe de lo que se hace, de los avances, de los riesgos que se están corriendo, de los resultados si es que los hay.

Esta distancia con la ciudadanía, de Carlos Morales con los tuxtlecos, pareciera advertir que no le importa al alcalde lo que pasa en la capital, y menos tiene importancia, el interés y los reclamos ciudadanos en el ámbito de la seguridad.

La delincuencia está dedicada a robar a cuentahabientes, a asesinar impunemente en las calles de la capital del estado, a robar vehículos, y quien sabe cuántas cosas más, mientras el Ayuntamiento simplemente está dedicado a los “bisnes” y a la confrontación.

Estas señales de abandono de la seguridad en la capital del estado, no es de ninguna manera como lo interpreta Carlos Morales, el deseo de afectar a su imagen de por si deteriorada de presidente municipal, es una realidad que está registrada en los medios de comunicación y es del dominio público.

La delincuencia se encuentra desbordada, y aquí es dónde cualquiera se pregunta, cuál es la estrategia de Alexis Zuarth, o más bien, si tiene una idea del trabajo que tiene que hacer, o si de plano su actitud es la de un cómplice, más que de alguien que debe combatir la inseguridad.

Las autoridades municipales no están haciendo nada para terminar la delincuencia callejera, y menos para frenar a la delincuencia organizada, que es la que está desquiciando a los ciudadanos, con el robo de vehículos.

Estos responsables de la seguridad, no tienen mayor compromiso con los tuxtlecos. Que tristeza.

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