Ainer González / Diario de Chiapas
Las energías renovables podrían ser la solución y el futuro energético inmediato de los habitantes de Chiapas, un estado con temperaturas idóneas para producir electricidad por medio de sistemas mecánicos pocos explorados.
La entidad cuenta con cuatro centrales hidroeléctricas: Malpaso, La Angostura, Chicoasén y Peñitas, generadoras de electricidad por la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El sistema hidroeléctrico de la cuenca del río Grijalva comprende las cuatro presas, misma que llegan a generar aproximadamente el 44 por ciento del total de energía hidroeléctrica disponible en el país.
De acuerdo con la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la central hidroeléctrica Malpaso cuenta con una capacidad de generación de 1080 MW, mientras que La Angostura una capacidad para generar 900 MW, por su parte Chicoasén tiene una capacidad de 2400 MW de generación y Peñitas una capacidad instalada de 420 MW.
Aunque el número total de empleos generados en las cuatro hidroeléctricos de Chiapas no es preciso, investigadores en el estado estiman que ante una posible disminución al consumo energético, la pérdida de empleos sería inevitable en estas plantas generadoras de electricidad.
Neín Farrera Vázquez, investigador del Instituto de Investigación e Innovación en Energías Renovables de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (Unicach), señala que la entidad tiene varias alternativas para abastecerse de energía eólica y solar, pero que no se ha explotado como en otras regiones del país.
En cuanto a la energía hidroeléctrica, expone que al dejar de consumirse ésta puede generar pérdidas en la productividad, como los empleos.
“Al dejar de movernos o tener que estar confinados, al dejar actividades productivas, también el consumo energético disminuye y en general la productividad, hay pérdida de empleos y muchas afectaciones económicas, tanto ahorita como en corto y mediano plazo, la recuperación va a tardar más tiempo de lo que pensamos”, apunta.
