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Jeny Pascacio / Diario de Chiapas

Las cifras de violencia familiar en los países del triángulo del norte de Centroamérica son preocupantes.

En el caso de Honduras, las cifras evidencian una mayor profundidad en la gravedad de esta problemática que también es un factor determinante para la migración a México y Estados Unidos.

En 2018, Honduras registró un incremento en el número de denuncias, de acuerdo al ensayo Infancia Cuenta México 2020, que muestra un registro cronológico sobre niñas, niños y adolescentes centroamericanos en movilidad humana en la frontera sur de México.

El reporte hace hincapié en la brecha en las cifras de Guatemala, en comparación al resto de países del triángulo norte de Centroamérica. La revisión de las tasas en estos tres países correspondientes a los años 2016, 2017 y 2018, ilustran de mejor manera la conducta de la violencia intrafamiliar en esta parte del istmo centroamericano.

En el 2018, Honduras presentó un incremento en la tasa de víctimas de violencia familiar, 223 por cada 100 mil habitantes. En el caso de Guatemala, las tasas en estos tres años, han mostrado un ligero descenso, en 2018 presentó una tasa de 174 víctimas por cada 100 mil habitantes.

El Salvador refleja ligeros descensos entre 2016 y 2018, siendo el país del triángulo norte con las tasas más bajas. Aun así, el 77 por ciento de los casos atendidos por la Unidad de Atención Especializada de la Procuraduría General de la República en 2018, fueron motivados por violencia familiar.

Tanto organizaciones de la sociedad civil como instituciones en el ámbito internacional siguen llamando la atención sobre la urgente protección que requiere la niñez en las fronteras de México ante la presencia del crimen organizado y el uso de la militarización para el control migratorio.

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