Marco Alvarado / Diario de Chiapas
De no aclararse qué servicios tendrán un costo en el Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi), una población que podría resentir los efectos en su bolsillo son las personas que viven con algún tipo de discapacidad.
Si bien Chiapas está entre los estados con las prevalencias más bajas, la cobertura en salud es aún un problema para miles de habitantes. De los 7.7 millones de personas consideradas como población con discapacidad, 4.7 por ciento están en Chiapas, de acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica.
No obstante, para este sector los servicios de salud pública resultan fundamentales, ya que del total de personas que tiene discapacidad, 64.2 por ciento acude al IMSS o algún centro de salud u hospital de la SSA como el ahora llamado Insabi; 25.6 por ciento paga para recibir atención médica al acudir a un consultorio de farmacia, consultorio, clínica u hospital privado, y 1.7 por ciento no se atiende o se automedica.
La incertidumbre en salud sólo es una de las carencias que deben enfrentar las personas que viven con alguna discapacidad; la falta de inclusión en políticas públicas y de movilidad hacen más difícil el desarrollo de sus capacidades.
A esto se suma el hecho de que muchos son dependientes económicos, y al requerir de un sistema de atención médica, la mayoría buscan los servicios públicos.
Si bien se ha dicho que la atención de este instituto será gratuita, no ha quedado claro si la atención de las enfermedades más comunes requerirá de una cuota de recuperación por parte de los usuarios, tomando en cuenta que especialidades como medicina interna, cardiología, oncología y ginecobstetricia, están entre los servicios más solicitados por la población, y cuyo costo por consulta oscila entre los 150 hasta los 600 pesos, de acuerdo con un estimado del Instituto Nacional de Perinatología.
