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Marco Alvarado/ Diario de Chiapas

Aunque en la Cartilla de Mejores Prácticas para la Prevención del Covid-19 en el Manejo de los Residuos Sólidos Urbanos, que puso a disposición del público la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se establecen lineamientos para evitar contagios durante el manejo de los desechos, un amplio sector de la población vive expuesta a un potencial riesgo de contagios.

Los llamados “pepenadores” y grupos de personas que separan la basura para recoger aluminio y plástico, están muy lejos de poder atender las recomendaciones para evitar un contagio.

Para ellos, es casi imposible comprar las soluciones desinfectantes que se recomiendan en este manual, así como los protocolos de recolección y disposición final de la basura; como se observa en las calles, están buscando en las bolsas con las manos descubiertas y solo algunos lo hacen usando cubrebocas.

Para ellos, la basura de otros representa ingresos, y en muchos casos, la actividad la realizan en familia, aumentando el riesgo de contagio entre personas adultas, menores y ancianos.

Prácticamente esta es una actividad de riesgo sanitario para quienes la practican, quienes desconocen los cuidados que exige la nueva realidad del virus, y el peligro de entrar en contacto con materiales donde la carga viral esté presente.

Incluso, como lo relatan muchos, cuando abren las bolsas encuentran guantes y cubrebocas usados, y los toman con las manos, con el riesgo de que ese toque sea un encuentro con la muerte.

Como lo advierten las autoridades sanitarias, una de las características más peligrosas del SARS-CoV-2 es que resulta altamente contagioso, y permanece activo durante algún tiempo en diversas superficies y materiales.

Pero mientras que la población que “pepena” la basura se expone a un riesgo, por desconocimiento o falta de recursos para cuidarse, esta cartilla recomienda a toda la población que limpien las bolsas con líquido desinfectante, almacenar los residuos separados y limpios, y someterlos a una cuarentena mínima de cinco días antes de entregarlos a cualquier centro de acopio o empresa de recolección.

Los que sean aprovechables pueden resguardarse de forma segura en nuestras casas por periodos muy largos de tiempo, por ejemplo, hasta que la contingencia concluya.

Pero al hacerlo es necesario aplicar desinfectante, porque el virus permanece hasta tres horas en el aire después de su dispersión, hasta cuatro horas en superficies de cobre, hasta 24 horas en cartón y hasta dos o tres días en plástico y acero inoxidable.

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