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Miguel Ángel Godínez
 
Los delincuentes sí dan balazos, no abrazos

Después de la Virgen de Guadalupe, las Fuerzas Armadas son lo que más respeta el pueblo de México, al menos así era hasta antes de la llegada de la 4T.
Con Rosa Ícela Rodríguez como titular de la SSC y Ricardo Mejía Berdeja como subsecretario, de poco ha servido el entrenamiento de élite de las FA y de esa letalidad que asegura el presidente de la República, tienen nuestros soldados y marinos. 
Ambos funcionarios han demostrado su inexperiencia y con ella han puesto en entredicho el accionar de los militares en defensa de la población, y en el extremo de mantener la estrategia de abrazos no balazos, la cual ha evidenciado su fracaso rotundo, ambos funcionarios han permitido que se les falte el respeto por parte de los grupos delincuenciales. 
Muestra de ello son los videos que en los últimos días han circulado en las redes sociales. Imágenes en las que se aprecia como grupos armados increpan a militares en municipios de Guerrero, Zacatecas, Sonora, Tamaulipas y varias más. 
El más reciente, evidencia a una caravana de vehículos, que repletas de sicarios, persiguen a un convoy militar en Nueva Italia, Michoacán, sin que éstos les hagan frente.
Los militares, es un hecho, no son cobardes, ni tienen miedo de enfrentar a los delincuentes, fueron entrenados para el combate, pero también fueron enseñados obedecer, están educados para ser leales al país, al pueblo de México, y la instrucción que tienen de su comandante supremo, es mantenerse al margen, bajo el argumento de que esta no es una guerra contra los cárteles como lo fue en sexenios anteriores. 
Pero ha quedado demostrado que los sicarios lejos de dar abrazos, o de regalar rosas a las FA, dan balazos. ¿Entonces, por qué mantener una estrategia que no ha servido para contener al crimen organizado? 
Incluso el presidente de la República ha justificado los hechos bajo un argumento que ha sorprendido a propios y extraños: “también cuidamos a los integrantes de las bandas; también son seres humanos”, dijo.
Tal declaración rayó en lo inverosímil, tanto que personalidades se dieron el lujo de culpar al presidente en cuanto a permitir que se humille a los soldados. 
En otro video difundido, elementos de la Guardia Nacional son humillados por un grupo de presuntas “autodefensas”, que abiertamente los obligan a abandonar el lugar. También hay otro en el que los narcotraficantes dan órdenes al comandante de Marina en Marquelia Guerrero. Mencionan que lo pensaban balear y colgar en el puente, pero por el presidente municipal se lo perdona.
Estas tristes imágenes, son responsabilidad una estrategia fallida, son parte de la ineficacia de funcionarios civiles que no tienen idea de lo que es la seguridad, pero que exponen innecesariamente a nuestras Fuerzas Armadas.  
Por si fuera poco, el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla de Michoacán, declaró que su administración dejará la guerra contra los grupos que generan violencia en la entidad porque es estéril, y que mejor se concentrará en la atención de las causas para disminuir la violencia. Es inaudita tanta omisión o complicidad, y que el mismo presidente insista en que se debe de cuidar también a los criminales.
Las Fuerzas Armadas mexicanas son un ejemplo de institucionalidad, pero hay límites. Jefes, Oficiales y tropas están cansados de estas humillaciones. No olvidemos que el Ejército Mexicano, si recibe la orden, supera en capacidad de respuesta, en armamento y tecnología, a cualquier grupo delincuencial que ponga en riesgo la seguridad nacional. 
El presidente debe recordar que las FA son la base del país y de su gobierno.
 
De Imaginaria. 
La Sedena montó la Exposición Militar “La Gran Fuerza de México” para que la población conozca los programas sociales, actividades culturales y educativas que llevan a cabo el Ejército y Fuerza Aérea Mexicanos a favor de la Patria.
 

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