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Amlo y la restauración del bonapartismo mexicano (Segunda Parte)

Amlo y la restauración del bonapartismo mexicano (Segunda Parte)

Manuel Aguilar Mora 

Francia, por tanto, parece haber

escapado al despotismo de una clase

sólo para reincidir en

el despotismo de un individuo.

Karl Marx, El 18 brumario de Luis Bonaparte

… La hecatombe de las esperanzas

El 1 de diciembre pasado el gobierno de la CT cumplió su tercer aniversario. El diluvio de textos, informes, entrevistas, comentarios en los medios sobre el carácter del obradorismo ha polarizado una discusión al nivel nacional que enfrenta a sus partidarios y a sus opositores, estos últimos ubicados no solo en los partidos tradicionales sino dispersos en todos los sectores sociales.

Parecería difícil enfocarse a la cuestión de su caracterización con una evaluación objetiva y sin partidarismos. No lo consideramos así. Pongamos un ejemplo significativo y muy elocuente porque se refiere tal vez al problema que más ha afectado, negativamente, al gobierno de Amlo, como a todos los gobiernos del mundo. Por supuesto nos referimos a la pandemia del Covid-19 y su impacto en el sistema de salubridad nacional. 

En su conferencia mañanera del 4 de enero, Amlo expuso que al inicio de su gobierno encontró un sistema de salud en peor estado que el educativo, y los comparó, por la situación de abandono que tenían, con Petróleos Mexicanos (Pemex) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE). (La Jornada, 05.01.2022). Ahora bien, las quejas más frecuentes de los trabajadores durante estos años de la pandemia, haciéndose eco de las devastadoras críticas de los derechohabientes a la situación existente en el sistema de salubridad pública han sido por la falta de medicinas, la escasez de personal sanitario, las pésimas condiciones de las instalaciones, etc. La Unión Nacional de Enfermería Mexicana ha descrito crudamente la situación que enfrentan sus afiliados: precariedad laboral, bajos sueldos, carencia de equipos de protección adecuados y la falta de personal que calcula en 300 mil trabajadores. (Proceso, 09.01.2022). El Issste la segunda más importante institución de salubridad pública anunció que no surte recetas al 60 por ciento de sus pacientes (La Jornada, 06.01.2022). Muy expuesta en los medios ha sido la protesta de los padres a la carencia de medicinas para sus niños con cáncer. La pandemia no ha sido atacada con la fuerza y los recursos que habría requerido. Claramente lo demuestran las cifras de las 300 mil muertes de víctimas de la pandemia, ocupando México el quinto lugar en la lista de los países con más víctimas, atrás de Estados Unidos, Brasil, India y Rusia y ocupando el nada honroso primer lugar en la lista de países con la mayor letalidad que mide el número de muertes con 7.6 por ciento lejos de Bulgaria que tiene el segundo lugar con el 4.1 ciento.

La pregunta evidente al presidente es, por supuesto, por qué en los tres años que lleva en su gobierno ha hecho tan poco para cumplir su propia promesa electoral cuando expresó que transformaría el servicio de salubridad pública nacional de tal modo que lo pondría a la altura del de Dinamarca. En cambio, ha sido evidente la prioridad financiera que Amlo ha dado a sus proyectos consentidos de la refinería de Dos Bocas en el cual se han invertido miles de millones de pesos y al tren maya con metas fundamentalmente turísticas. La salud de la población en estos días de emergencia sanitaria no ha tenido la alta prioridad financiera que requería.

Lo mismo se puede decir de otras promesas que fueron decisivas para forjar su victoria. Entre las más importantes está la que proponía el emprender una política que tuviera como objetivo el regreso de los militares a sus cuarteles. Exactamente ha sido lo contrario lo que

ha sucedido. Amlo ha fortalecido y expandido las actividades y responsabilidades de los militares a niveles que superan con creces lo que hicieron los presidentes del PRIAN. La contradicción más aberrante de esta situación es que a pesar de toda este apoyo a los militares, debido a la estrategia por completo fallida de Amlo de “abrazos no balazos”, la violencia criminal de los cárteles no ha disminuido y sigue azotando al país con la misma fuerza y en algunos casos incluso superando a la de los gobiernos del PRIAN: 33 mil crímenes dolosos en 2021, 130 en los primeros seis días de 2022, incluidos los diez cadáveres aparecidos el 6 de enero bajo el árbol de Navidad frente al palacio de gobierno de Zacatecas. Siguen sin disminuir los feminicidios y México se mantiene como el país más peligroso del mundo para el oficio de los periodistas. Y con la novedad que ha aparecido un nuevo tipo de crimen, el lúgubre secuestro de niños. 

Como se puede apreciar, con la anunciada transferencia de las decenas de miles de efectivos de la Guardia Nacional al directo control de la Secretaria de la Defensa Nacional esta dinámica de fortalecimiento de los militares llegará a niveles muy peligrosos. Los militares afuera de sus cuarteles, con tan amplios recursos económicos que les dan las operaciones civiles en que andan (el aeropuerto de Santa Lucia, el tren maya, la administración de los puertos) y la impunidad de que gozan (la exoneración del general Salvador Cienfuegos, el exjefe del ejército en el periodo presidencial del 2012-2018, acusado por la DEA de complicidad con los narcos, total oscuridad sobre la participación de los militares en el crimen de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa, como los casos más sobresalientes) representan un peligro para la vida y seguridad de la población y para la existencia de un gobierno civil.

Peligro por completo subestimado por el propio presidente. Incluso más, haciendo gala de inconciencia o con fines solo compensables para él pues es evidente su conocimiento de la historia de México, en los mítines lanza elogios constantes al ejército mexicano: “el ejército es el pueblo uniformado” grita a todos los vientos. Parece olvidar que el ejército es la institución que fue clave en el rescate del régimen priista en todas las ocasiones en que éste se vio en peligro. Sucedió durante marzo-abril de 1959 cuando el ejército actuó de rompehuelgas y detuvo a miles de trabajadores ferrocarrileros. Demetrio Vallejo, su dirigente sindical pasó más de once años en la cárcel y miles de obreros fueron despedidos. La masacre de Tlatelolco fue ejecutada el 2 de octubre de 1968 por el ejército mexicano. Fueron los militares también protagonistas centrales de la “guerra sucia” contra campesinos, estudiantes y trabajadores durante el gobierno de Luis Echeverría. Y es el mismo ejército de hoy en día que Amlo fortalece como pocos presidentes lo habían hecho de tal forma. Por tanto, de ninguna manera es correcto afirmar que el ejército es “el pueblo uniformado”. Históricamente fue la matriz del régimen que surgió en 1920 y desde entonces es pilar fundamental del sistema, antes y ahora también. No es el pueblo con uniforme sino uno de las instituciones centrales de la represión sistémica.

Este curso que delinea una clara perspectiva hacia un liderazgo autoritario tiende a restaurar el régimen que prevaleció durante el priato. No es una superación sino un retroceso que Amlo cubre con un discurso con giros progresistas repetidos sin descanso que velan apenas una estrategia claramente reaccionaria, con una deriva hacia un sistema nada democrático sino de perfiles dictatoriales. Los hechos son cada vez más contundentes: el charrismo es siempre la pieza clave del sistema que sigue controlando a los trabajadores, huelgas de direcciones independientes como la de los trabajadores de Notimex se intenta asfixiarlas y se reprimen protestas de obreros de los proyectos consentidos como el de la refinería de Dos Bocas: todos los fideicomisos son liquidados sin discriminación y se deja sin asistencia causas como las de las víctimas de los terremotos: Slim el mexicano más rico del país es invitado frecuente a almorzar en el Palacio Nacional pero Amlo ni siquiera se dignó presentarse a la estación Olivos con motivo de la catástrofe del metro de la Línea 12; se prohíbe la detención de uno de los hijos del Chapo conspicuo narcotraficante y también se deja en libertad e inclusive se elogia a políticos cómplices de delincuentes poderosos; se agrede y denuncia como conservadores a estudiantes, profesores e investigadores universitarios en general pero se tolera a cacicazgos de autoridades universitarias corruptas como la de la Universidad de Guadalajara; se amenaza a centros autónomas de educación superior como el CIDE e incluso a instituciones señeras como la Escuela Nacional de Antropología e Historia cuna de eminencias científicas y granero de profesores y estudiantes muchos de ellos vinculados a las luchas y a la vida de los pueblos indígenas, incluidas las del EZLN; se presume de las ayudas a personas de la tercera edad pero millones de desempleados están en el más cruel desamparo; se jacta de una política exterior “progresista” y la Guardia Nacional se ha convertido en la asistente de la border patrol de EUA y todo el país es el espacio integrado a la política de inmigración de Washington con la política que les dice a los cientos de miles migrantes que buscan entrar a EUA ”Quédate en México”, agravando la situación terrible de su vida de miseria.

La revocación de mandato

En abril próximo está anunciada la consulta aprobada constitucionalmente de la revocación de mandato del presidente de la República. Esta consulta que va a costar varios miles de millones de pesos, es por completo políticamente gratuita pues es evidente que ni la oposición burguesa, del PRI y el PAN, está exigiendo la revocación del mandato de Amlo. Sin embargo, fue el origen de un conflicto entre los Obradorista y el INE, una institución autónoma del estado mexicano, cuyo presidente Lorenzo Córdova ha sido el blanco de una campaña de descalificación a todo lo que. En esta pugna interburguesa se pudo apreciar que Amlo no logra todavía instaurar completa y fuertemente su liderazgo autoritario en el propio estado. Es más, como lo demostraron las elecciones de junio de 2021, la victoria de Morena en ellas no fue tan contundente como la de 2018. Fue una victoria amarga. La pérdida de la mitad de la Ciudad de México, importantísimo centro político del país, así lo demostró. Fue un duro golpe para Morena y precisamente atribuible más a sus fallas y contradicciones que a una vigorosa oposición del PRIAN que logró así cierto oxígeno para seguir con vida.

Los morenistas descaradamente hicieron propaganda en favor no de la revocación de mandato de Amlo, sino de su ratificación del mismo. Más claro no puede estar la vocación caudillista del presidente. Es el clásico ejercicio plebiscitario de los bonapartismos, la necesidad de demostrar la existencia de apoyo. El INE ha sido obligado a realizar la consulta, pero su exigencia de un mayor presupuesto no ha sido aprobada y en la medida en que se apruebe o no el dinero que ha demandado de eso dependerá su participación eficaz o saboteadora del proceso. Su choque con Amlo definirá su destino pues representa un obstáculo para la restauración en marcha de un gobierno autoritario que no puede coexistir con una agencia electoral dirigida por un consejo en que participan representantes de todos los partidos como lo hace el INE. La “reforma electoral” propuesta por Amlo es la forma de Amlo para liquidar al INE como una agencia estatal disponiendo de una autonomía relativa del poder presidencial. Aunque Amlo podrá contar sin contratiempos con la ratificación de su mandato en la consulta, ciertamente ha sido dañado en este conflicto y tiene todavía un camino por recorrer para una completa restauración.

Lo mismo ha sucedido con el intento de Amlo de controlar al poder judicial cuando se rechazó su demanda de extender el periodo del juez presidente de la Suprema Corte de Justicia afín a él…  

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