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Letras Desnudas

Mario Caballero

¿Cretino o ingenuo?

Escandaliza la decisión de Moisés Aguilar Torres de reelegirse en la presidencia municipal de Pichucalco. ¿Es un cretino o un ingenuo?

Si lo hizo pensando en que tendrá la misma suerte que en 2018, cuando sus padrinos políticos en el PVEM movieron los resortes para que él saliera triunfador en esa contienda, es un ingenuo.

Debería entender que los tiempos políticos actuales son muy distintos. Para empezar, su partido ya no es la misma arrolladora maquinaria electoral que fue en el sexenio pasado, cuando ganaba todo, cuando abarcó el poder y no precisamente por medios lícitos. Hoy apesta. Por lo que su ingenuidad estaría metiéndole en la cabeza que su fortuna política de hace dos años podría extender su gobierno hasta el 2024. Sólo un ingenuo puede creer que una alfombra puede extenderse en una casa sin piso.

Pero si piensa que tiene oportunidad de ganar la elección confiando que tiene lo suficiente para competir, entonces es un cretino. Más todavía si cree que los electores volverán a votar por su proyecto soslayando el enorme daño que él ha provocado en el municipio en los casi dos años de su gestión. Porque, a la verdad, su gobierno radica en el vacío de poder, en la burla a la ley, en el escarnio a las personas y la indiferencia hacia la comunidad.

Después de ver tantos perjuicios cometidos en los gobiernos municipales no podemos darnos el lujo de ignorar las implicaciones que acarrea el principio constitucional de la reelección. Tiene sentido cuando hablamos de una gestión provechosa, pero sí ésta es todo lo contrario es necesario advertir la devastación que significa para los pueblos y, al menos, debería abrirse a debate su permanencia en la ley o hablarse acerca de sus restricciones como derecho político.

La prohibición de la reelección impidió que se instauraran nuevas dictaduras como la de Porfirio Díaz, a la vez que permitió una rotación de las élites políticas que fue muy sana para la democracia. Si preguntamos qué fue lo que posibilitó la estabilidad política durante todo el siglo XX en México, es justamente la no reelección.

Hoy, en Chiapas, se vale la reelección de los diputados locales hasta por cuatro periodos consecutivos, mientras que los presidentes municipales, asimismo los regidores y síndicos, sólo podrán hacerlo para un periodo adicional, es decir, en lugar de estar 3 años en el poder puedan estar seis.

Para muchos la reelección es un avance democrático. Para otros, en ninguna manera. Les provoca suspicacia. Sobre todo, por aquellos políticos corruptos, que no saben respetar la ley, que no tienen vocación de servicio, que no son movidos por la intención de contribuir en el desarrollo del pueblo sino por ambición e intereses personales, quienes vienen a representar un peligro para la sociedad, como Moisés Aguilar Torres.

ALCALDE DE CARTÓN

¿Qué hay en esa insensibilidad, en ese desprecio por los ciudadanos que le permiten a Moisés Aguilar creer que la gente de Pichucalco es tonta, que lo reelegirán ciegamente? Esa es la duda que surge el ver su intención de repetir en el puesto, pues es un político abusivo, indiferente, que fue capaz de mandar una foto suya de tamaño real a los eventos públicos donde no podía o no quería estar.

El caso de la foto es relevante porque nos muestra cómo Aguilar Torres se burla de la responsabilidad que tiene como alcalde, y al hacerlo también se burla de la gente a la que en los próximos meses le pedirá su voto.

Ese día, 4 de octubre de 2019, muchas personas que se enteraron de que el presidente municipal llegaría a una de las comunidades de Pichucalco asistieron al evento con la intención de pedirle la realización de obras, pero lo que encontraron fue una fotografía suya con el puño levantado. Así que tuvieron que conformarse con darle las solicitudes a los empleados del Ayuntamiento.

En las imágenes que se volvieron escándalo nacional después de ser difundidas por los medios de comunicación se ven a varias mujeres, hombres, incluso una niña, flanqueando al alcalde de cartón. Para mayor burla, José Alejandro Bustamante Maza, alias el Pollo Alex, director de Reglamentos del Ayuntamiento de Pichucalco, elogió la acción en sus redes sociales: “Es así como nuestro Presidente toma acciones en beneficio de la Ciudadanía en materia de salud, porque servir es su compromiso”.

Enviar una foto en su lugar fue negarles la razón, voz y dignidad a las personas. Fue un desprecio imperdonable.

A decir verdad, el comportamiento de Moisés Aguilar no sorprende. De entrada, es un enfermero, y más allá del respeto que inspira tan loable profesión ¿qué sabe de política, de gobierno una persona que se dedica a curar lesiones y asistir a los médicos? No es lo mismo medir la presión sanguínea que administrar los recursos de un municipio y hacerse responsable del bienestar de los ciudadanos.

Antes de asumir la alcaldía, Aguilar Torres había sido líder de la Subsección VII del sindicato de salud y venía de ser dirigente del Partido Verde en Pichucalco. De lo primero fue acusado de tráfico de influencias, corrupción y venta de plazas y derechos de homologación. Denigró a personal de salud que tenía 10, 12 y hasta 14 años de antigüedad para beneficiar a sus allegados a cambio de favores o dinero.

Aparte, utilizó su posición en dicho gremio para hacer proselitismo. Fue señalado de regalar medicamentos y dar consultas gratuitas en diversas colonias y comunidades del municipio, dejando con desabasto a las clínicas y hospitales de toda la zona norte de Chiapas. No es todo. Ya que eso lo vino realizando durante más de un año antes de iniciar las campañas electorales de 2018.

En 2016 se le acusó de delincuencia organizada. Trascendió su participación en la banda conocida como Los Cacheros, que estuvo implicada en el secuestro y tortura del empresario Edgar Belisario Fonseca García.

En marzo de este año fue detenido y puesto a disposición del Ministerio Público de Cárdenas, Tabasco, por la portación ilegal de armas de fuego de uso exclusivo del Ejército. Junto con él fueron arrestados sus hermanos Obet y Auber Aguilar Torres y dos funcionarios del Ayuntamiento. A sus escoltas les aseguraron armas tipo AR15 y 9 milímetros. Se dijo, además, que traían droga en los vehículos y que por eso el hoy alcalde con licencia trató de sobornar a los oficiales.

Durante su gestión, la inseguridad en el municipio se ha elevado. Hay asaltos a casa habitación, a transeúntes, a cuentahabientes y el robo de vehículos se ha convertido en el más común. En el primer año de su gobierno, los robos aumentaron en un 500% en comparación con el año anterior.

Sumado a la falta de obra pública se señalan carencias en los servicios de alumbrado público y agua potable. La denuncia más frecuente es la nula transparencia en los recursos públicos. Los ciudadanos lo acusan de enriquecimiento ilícito, desvío de dinero y de llenar de aviadores la nómina del Ayuntamiento, en su mayoría con sus familiares, amigos y con gente que le ayudó en su pasada campaña política.

Ese quien busca reelegirse en la presidencia municipal de Pichucalco, quien durante dos años ha encabezado un gobierno de burla, corrupción y nepotismo. ¡Chao!

yomariocaballero@gmail.com

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