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“El brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia” Martin Luther King

Reflexiones

Fernando Álvarez Simán*

 “El brazo del universo moral es largo, pero se dobla hacia la justicia”

Martin Luther King

El 7 de marzo de 1965, varias imágenes de la policía golpeando y arrojando gases lacrimógenos a 600 manifestantes aparecieron en las pantallas de televisión de todo Estados Unidos, esas imágenes formaron parte de lo que ahora desde entonces se conoció como el “domingo sangriento”.

La reyerta ocurrió en la ciudad de Selma, en el estado de Alabama. El escenario del enfrentamiento fue el puente Edmund Pettus, una estructura de acero que se convertiría en el gran símbolo de la lucha por la libertad y los derechos civiles de los afrodescendientes americanos. 

El propósito de los manifestantes era realizar una marcha de la ciudad de Selma hacia Montgomery, la capital de Alabama. Estaban dispuestos a recorrer los 80 kilómetros que separan a las dos ciudades. La efervescencia política era ya evidente desde hacía por lo menos dos años atrás cuando grupos de afrodescendientes comenzaron a organizarse para promover el voto libre y sin restricciones entre sus comunidades. 

Cien años antes del “domingo sangriento”, tres enmiendas a la Constitución americana habían otorgado los mismos derechos a todos los ciudadanos de Norteamérica; sin embargo, las leyes estatales, sobre todo en el sur de Estados Unidos mantuvieron la segregación existente y privaron a los estadounidenses afrodescendientes de su derecho al voto; entre otros derechos fundamentales. 

Incluso, en 1963, la presidencia de John F. Kennedy un año antes de los hechos en el puente Edmund Pettus de la ciudad de Selma, había propuesto la “ley de los derechos civiles”. Ley que fue aprobada un año después siendo el presidente Lyndon B. Johnson. Aun así, la ley en los hechos, no se cumplía porque los estados, apelaban precisamente a la soberanía estatal.

Para forzar el cumplimiento de la ley, desde enero de 1965; los activistas por el voto y los derechos civiles realizaban acciones de resistencia civil en Selma y para fortalecer su lucha, habían invitado a varios líderes de la comunidad afrodescendiente a ofrecerles platicas y solidaridad incluyendo al Reverendo Martin Luther King Jr. quien un año antes había recibido el Premio Nobel de la Paz.

Para febrero de ese año, las protestas eran regionales y se contabilizaban tres mil personas arrestadas en la resistencia civil que incluía acciones de boicot al transporte público, marchas y plantones laborales de brazos caídos. A finales de ese mes el activista Jimmie Lee Jackson falleció luego de recibir un disparo de la policía en una de las protestas. Ese hecho, desató el primer intento de marchar de Selma hacia Montgomery, el 7 de marzo de ese año y ese día se desató el “domingo sangriento”.

La protesta fue entonces nacional y comenzó la “desobediencia civil”. Pero el intento de marchar de Selma hacia Montgomery era un objetivo prioritario. Finalmente, en el tercer intento, el 21 de marzo, la marcha fue una realidad y la encabezaba Martin Luther King Jr. los contingentes avanzaban 16 kilómetros por día llegando a Montgomery el 24 de marzo. El día 25 miles de personas entraron a la ciudad en apoyo de los derechos de voto; logrando que la ley de derechos electorales fuera una realidad el 6 de agosto de ese año.

Esos intensos primeros meses de 1965 cambiaron para siempre la historia americana, la Ley de Derechos Civiles y la Ley de Derechos Electorales fueron las legislaciones sobre derechos civiles más expansivas en la historia de Estados Unidos. Redujeron en gran medida la disparidad entre los votantes blancos y negros en los Estados Unidos y permitió que desde entonces un mayor número de afrodescendientes participara en la política y el gobierno a nivel local, estatal y nacional.

Nueva Frontera de Kennedy y Gran Sociedad de Lyndon Johnson

Desde su redacción, la Constitución de los HYPERLINK «https://en.wikipedia.org/wiki/United_States_Constitution» o «Constitución de los Estados Unidos» Estados Unidos otorgó a cada estado, una total discreción para determinar quiénes de sus residentes podían votar en las elecciones. La idea central de esta determinación de la clase política era no perder el control político ante cualquier eventualidad futura.

Luego de la guerra civil, llegaron las enmiendas a la constitución para que no se negara el derecho al voto a nadie por motivos de raza o ideología y ese mandato debía ser supervisado; que no ejecutado, por el gobierno federal. 

Ante ello, cada estado federativo puso condiciones para el voto electoral; especialmente el requisito de una prueba de alfabetización, un impuesto por votar y la demostración de que quien deseara votar debía acreditar por lo menos una propiedad; que evidentemente las capas sociales más pobres no podían cumplir. 

Con la bonanza económica de la posguerra, la presión social para lograr el derecho al voto llegó. El entonces presidente John F. Kennedy planteó la necesidad de reformas sociales durante su mandato y las denominó la “Nueva Frontera”. Esas reformas fueron retomadas por el posterior gobierno de Lyndon B. Johnson y acuñó el término de “Gran Sociedad” para difundir que beneficiarían a todos los ciudadanos y sus familias.

El objetivo principal de las reformas de Kennedy y Johnson era la eliminación total de la pobreza y la injusticia racial. Durante este período se lanzaron nuevos programas de educación, atención médica, los problemas urbanos, la pobreza rural y el transporte. Sin embargo, había reticencia para resolver los problemas con la comunidad afrodescendiente. Por ello la lucha por los derechos civiles fue de vital importancia.

En ese contexto de transformaciones sociales, las marchas tuvieron un poderoso efecto en Washington y la Casa Blanca. Después de presenciar la cobertura televisiva del “domingo sangriento”, el presidente Lyndon B. Johnson decidió presentar el proyecto de ley electoral. Finalmente, el 6 de agosto de ese año, la ley fue una realidad. Se cuenta que cuando era anunciada vía televisiva por el presidente Johnson, el Reverendo Martin Luther King Jr. lloró de felicidad frente a sus compañeros de lucha.

A pesar de la violencia contra los manifestantes, un elemento que no contribuyó a la distensión social futura, fue la falta de castigo legal a los responsables de la violencia contra el activista Jimmie Lee Jackson y a la que se generó en las manifestaciones. 

Martin Luther King Jr.: ¡Nuestro Dios marcha!

Por deberes dentro de su iglesia, Martin Luther King Jr. no estuvo presente en la marcha del “domingo sangriento”. Sin embargo, si lo hizo en las dos posteriores. Cuando la marcha finalmente llegó al Capitolio estatal de Montgomery, el reverendo enunció un discurso memorable solo opacado por el legendario “Yo tengo un sueño” que dos años antes había sido pronunciado en Washington D.C. y que casi inmediatamente fue traducido a 36 idiomas.

En el memorable discurso conocido como “nuestro Dios marcha”, Martin Luther King declaró que la igualdad de derechos para los afroamericanos no podía estar muy lejos, “porque el arco del universo moral es largo, pero se inclina hacia la justicia y siempre se cosechará lo que se siembra”. 

El discurso fue escuchado por las 2 mil personas que partieron de Selma el 21 de marzo después de caminar unas 12 horas al día y dormir en los campos en el camino. En Montgomery, a esas dos mil personas se les unieron otras 50 mil. 

Luther King en ese discurso, menciona partes esenciales de su ideario político; dijo que el objetivo nunca fue derrotar o humillar al hombre blanco, sino ganar su amistad y comprensión. Porque se lleve llegar a ver que el fin que se busca es una sociedad en paz consigo misma, una sociedad que pueda vivir con su conciencia. El discurso lo finaliza diciendo que ¿Cuánto tiempo nos llevará para eso? respondiéndose: No mucho.

La marcha de Selma a Montgomery y la lucha de Martin Luther King fueron determinantes para concretar lo que inició la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos. Pero el legado es internacional. Si bien es un error suponer que todo el movimiento se debe a Martin Luther King o que giraba en torno a su figura, no se puede negar que la figura del reverendo, fue básica para internacionalizar el movimiento.

Lo que también es cierto es que antes de la marcha a Washington y los acontecimientos en Selma, Alabama; no existía un movimiento por los derechos humanos cohesionado; más bien era una serie de movimientos aislados, locales o encabezados por organizaciones con distintos intereses. Algunos de ellos bastante radicales que no buscaban la convivencia pacífica sino la imposición.

El legado

Es claro que el parteaguas de la Marcha sobre Washington, los discursos de Luther King y los acontecimientos en Selma, Alabama; significaron un antes y un después sobre la lucha de los derechos humanos en Estados Unidos, incluso puede afirmarse que esa lucha inspiró otros movimientos en todo el mundo; tal es el caso de Sudáfrica y Mandela, por ejemplo. En esa ocasión Luther King y otros lucharon por la igualdad, el progreso económico y la búsqueda de oportunidades para todos sin distingo de razas y credos.

El debate actual de la lucha por los derechos civiles se centra en el aspecto económico, ya que aproximadamente el 25 por ciento de los norteamericanos afrodescendientes viven por debajo del umbral oficial de pobreza. Una cifra casi igual a la de quienes vivían con esos ingresos en la década de los años 60´s. 

Desde Selma, los candidatos a la presidencia de Estados Unidos, en algún momento de su campaña política, realizan una visita al ya mítico puente Edmund Pettus, que las autoridades han declarado patrimonio nacional. Lo hacen para atraer el voto afrodescendiente y se hacen acompañar de los descendentes de los organizadores de la legendaria marcha a Montgomery. 

Luther King Jr., se pasó toda una vida organizando y participando en decenas de protestas, manifestaciones y boicots para llamar la atención sobre la situación de desigualdad que se vivía en Estados Unidos. Su personalidad carismática y la fuerza de sus ideas lo convirtieron en una figura reconocida internacionalmente.

Como activista, Luther King no solo defendía los derechos de la comunidad afroamericana, sino que se oponía a la Guerra de Vietnam (1954-1975) y reclamaba más recursos del gobierno estadounidense para ayudar la gente pobre, no solo a los afrodescendientes.

En Estados Unidos cada año, el tercer lunes de enero se celebra el “Día de Martin Luther King Jr.”. El sueño de Martin Luther King es un deseo que condensa los mejores valores de la humanidad. Su legado sigue vivo porque no se han logrado saldar los compromisos morales con los más vulnerables, no solo de Estados Unidos, también del mundo. 

*Docente-Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas

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