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Razones

El Presidente que necesitamos

Jorge Fernández Menéndez

Ya pasó la hora de quitar trascendencia o tener ocurrencias en torno a la pandemia de Corvid 19. El número de infectados, sin duda mayor al reportado por las pocas pruebas que se realizan, el creciente número de defunciones, las propias decisiones del Consejo de Salubridad, de la Secretaría de Salud y de distintos gobiernos locales, comenzando por el de la ciudad de México, confirman que la pandemia ya está aquí y atacará con fuerza y a lo largo de muchas semanas, hasta agosto u octubre según el propio Hugo López Gatell.

En la crisis sanitaria, política y económica que vivimos México necesita un Presidente López Obrador que esté presente y al frente de la emergencia, que una voluntades, esfuerzos y estrategias.

No necesitamos un Presidente recluido, pero tampoco uno que ignore las indicaciones de su propio gobierno ante la crisis y que nos deje perplejos porque en lugar de estar visitando hospitales, médicos, enfermeras, garantizando que ellos tengan todo el equipo necesario y que en el país haya desde respiradores artificiales hasta mascarillas, pasando por las imprescindibles pruebas de contagio, esté tres días de gira, estrenando desde gimnasios que no se pueden usar por la emergencia hasta carreteras sin terminar y de paso saludando a la madre y al abogado del Chapo Guzmán en Badiraguato. Sí, la señora es una mujer de 92 años, pero es también la madre de uno de los mayores criminales de la historia de México, que ordenó la muerte de miles de mexicanos, hizo caer en las adicciones a millones en el mundo y destruyó a ellos y sus familias. En medio de una emergencia brutal donde pueden morir miles y enfermar muchos más, es por decir lo menos absurdo que un Presidente de la República se exponga a contagiarse, vuele hasta el extremo norte del país, haga horas en carretera para ratificar la cancelación de inversiones, para pelearse con los inversionistas en energía eólica o para saludar a la mamá y el abogado del narcotraficante más peligroso que ha tenido el país.

El presidente López Obrador en la crisis debe unir, no dividir o denunciar complots y enemigos. El propio Donald Trump ha tomado en sus manos la gestión de la crisis en los Estados Unidos y adoptado medidas muy diferentes. En primer lugar, Trump anunció, a través de un acuerdo bipartidista, apoyos por dos billones de dólares (algo así como dos veces el presupuesto de México) a personas, empresas, sectores, hospitales, municipios y estados. Sí envío apoyos directos, como se hace en México para las personas de la tercera edad, pero para toda la población, no para un sector y con montos infinitamente más altos.

 Los mayores apoyos, sin embargo, fueron para las empresas para que no quebraran ni despidieran personal. Con todo, tres millones de personas ya solicitaron el seguro de desempleo que se les otorga además del apoyo personal especial que recibirán todos los ciudadanos que habitan en la Unión Americana. El programa de respaldo a empresas tiene partidas especiales para todos los sectores afectados, comenzando con las líneas aéreas. Hay apoyos fiscales de todo tipo e incluso cada estado ha determinado algunos especiales de acuerdo a su propia realidad.

En México, el gobierno federal ha actuado, hasta hoy, en forma diferente. Los únicos apoyos han sido para los sectores que ya los reciben, sobre todo a las personas de la tercera edad que recibirán por adelantado dos bimestres. El Presidente dijo que no habrá ni un Fobaproa ni una cancelación de impuestos, pero eso nadie lo pide: lo que se reclama es un plan de apoyo para evitar quiebras o despidos generalizados y una postergación de unos meses para las declaraciones anuales de impuestos. El SAT ha anunciado que no postergará las declaraciones fiscales de personas morales (mañana deben presentarse a más tardar) y personas físicas (el último día de abril). Tampoco se ha dado a conocer un solo plan de apoyo más allá de créditos para pequeñas empresas y comercios.

Mientras Estados Unidos aprobó dos billones de dólares en apoyos por la emergencia y la Reserva Federal está destinando miles de millones para sostener el mercado, aquí el presidente López Obrador dijo que existía una bolsa de 400 mil millones de pesos para apoyar la economía, pero no se ha dicho dónde y cómo se utilizarán. Ayer, el ex secretario de Hacienda, Carlos Urzúa, sostuvo que incluso no cree que existan esos recursos, pero si existen, urgió, como muchos otros, a establecer una verdadera política anticíclica.

Ocupado en eso necesitamos al Presidente, ocupado y preocupado, al frente de su propio gobierno, uniendo y no polarizando, atendiendo los capítulos centrales de la crisis y no las historias tangenciales que sólo transitan por las redes sociales. Ojalá.

Apuntes finales: el acuerdo de emergencia sanitaria dado a conocer ayer lo leyó el canciller Marcelo Ebrard, no la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; el periodo de suspensión se amplió hasta el 30 de abril, como en Estados Unidos; el combate central al Covid 19, además de la secretaría de Salud, es evidente que lo llevará la Defensa Nacional. Algo está cambiando.

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