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El virus que reescribirá la historia

Plaza Cívica

Fernando Núñez de la Garza Evia

El virus que reescribirá la historia

Desde la gran pandemia de influenza de 1918 el país, y el mundo, no habían enfrentado semejante desafío con el coronavirus. Y es un gran desafío porque los virus son algunos de los grandes autores del sufrimiento y de la historia humana: la peste cipriana jugó un rol decisivo en la caída del Imperio Romano de Occidente, la epidemia bubónica explica en alguna medida las distintas trayectorias de las naciones europeas, y la plaga cocoliztli resultó fundamental para la caída de México-Tenochtitlan y la configuración del México actual. Claro, el mundo de hoy no es el mundo de ayer. Empero, este nuevo virus traerá nuevamente importantes repercusiones sanitarias, económicas y políticas tanto para México como para el mundo.

La salud es primero, pero no en México. Desde hace diez años ha habido una caída estrepitosa en la inversión pública en materia de salud. En 2010 invertimos el 2.8% del PIB y para 2020 invertimos el 2.5%, y todo esto a pesar del muy bajo presupuesto -en Chile se invierte alrededor del 5%- y el incremento poblacional (Senyacen Méndez Méndez, La contracción del gasto per cápita en salud: 2010-2020, CIEP). Este gobierno federal ciertamente no ha ayudado: en 2019 el 65% del presupuesto en infraestructura hospitalaria, el 92% en adquisiciones (entre ellas, insumos para los hospitales), y el 76% en ampliación o remodelación de hospitales no-se-ejercieron (Edna Jaime, La pandemia nos agarra en huesos, El Financiero, 20/03/20). AMLO recibió un serio problema en materia de salud, y solo lo ha empeorado.

Al problema anterior hay que agregarle las dificultades económicas. En 2019 tuvimos una contracción económica ocasionada por vil incompetencia gubernamental. En 2020 los pronósticos de decrecimiento económico van de un 1.8% a un 4.5%, hasta el momento. La estruendosa baja en los precios del petróleo ha afectado al país, pero las autoridades ciertamente lo han agravado al haberle cerrado la puerta a la inversión privada y cancelado de facto la reforma energética. Asimismo, la profunda recesión económica que se vislumbra en EUA perjudicará ineludiblemente al país, pero las autoridades indudablemente recrudecerán su impacto al mandar múltiples señales de arbitrariedad e incertidumbre a la inversión privada. Si la caprichosa cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) espantó con justa razón la inversión privada nacional, la cancelación igualmente caprichosa de la planta cervecera Constellation Brands ahuyentará la inversión privada extranjera. El contexto internacional nos metió en un hoyo, y nuestros liderazgos se han encargado de ahondarlo.

A los dos problemas mencionados anteriormente hay que sumarle los efectos políticos, los menos visibles hoy pero que tendrán los mayores efectos mañana. Recordemos que durante el último año ha habido básicamente una caída constante en los niveles de popularidad del presidente ante la creciente desaprobación a sus políticas en materia de seguridad, pobreza, corrupción… y salud. El manejo del coronavirus representa una nueva y trascendental prueba para el mandatario federal, y no parece que la aprobará. La gran mayoría de la población capitalina -los números rondan el 90%- apoya las diversas medidas de distanciamiento social (Alejandro Moreno, El Financiero, 23/03/19), con lo cual podríamos presumir es una actitud generalizada en el país. Sin embargo, AMLO se ha encargado de decir y hacer lo opuesto, mostrando una increíble ligereza para enfrentar el reto, aunado al debilitamiento que ha provocado en el sector salud. Es altamente probable que habrá un rebasamiento sanitario (ya lo hubo en Gran Bretaña, Italia y España), lo que traerá una nueva caída en su popularidad. Y luego, vendrá la reacción presidencial: conspiraciones por todas partes, enemigos por doquier, y mucha polarización política.

En el paisaje político nacional se vislumbra una recesión económica profunda producto de la caída drástica en los precios del petróleo y la amplia incompetencia gubernamental. En el paisaje político internacional se vislumbra el exacerbamiento de la competencia sino-americana, el debilitamiento de la globalización y el fortalecimiento de las comunidades nacionales. Y en el centro de todo, un nuevo virus que radia miedo alrededor del mundo y que tiene toda la intención de reescribir la historia.

@FernandoNGE

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