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Letras Desnudas

Mario Caballero

 

¿Hay justicia en Chiapas?

Es viernes a las dos de la tarde en el Poder Judicial del Estado y todo parece estar muy tranquilo, pero no. Lo que no puede percibirse desde afuera, incluso en los pasillos del mismo edificio, es que dentro de las oficinas hay mucha gente ocupada en diversas actividades. Basta con asomar la cabeza por una de ellas para percatarse que, aun con las restricciones impuestas por la pandemia, los trabajadores cumplen con su función para que el organismo logre el objetivo de impartir justicia para este pueblo con el que se tiene una deuda histórica en esa materia.

Juan Óscar Trinidad Palacios, magistrado presidente, es el principal responsable de todo lo que pasa ahí dentro. Este autor tuvo la oportunidad de conversar con él acerca de lo que acontece en la institución, el impacto de los nuevos procesos jurisdiccionales en la sociedad y los resultados de su gestión, que al final de cuentas creo que todo puede resumirse en una sola pregunta: ¿Hay justicia en Chiapas?

El magistrado Trinidad Palacios es un abogado con una vasta experiencia como jurisconsulto, con una importante trayectoria en la administración pública y política, quien tomó las riendas del Poder Judicial en enero de 2018. Durante los más de tres años en el cargo ha sido testigo y partícipe de los cambios sufridos tanto en el ámbito jurisdiccional como en el propio organismo, que ante los ojos de los chiapanecos dejó de ser ese instrumento de represión política y facilitador de impunidad que siempre estuvo al servicio del Ejecutivo.

Explica que uno de los mayores valores actuales del Sistema de Justicia Mexicano es que se ha vuelto ágil. Antes los juicios penales se llevaban años y años, a veces hasta morían tanto la víctima como el victimario y nunca se llegaba a una sentencia. Ahora sí llega. Hay casos en que la sentencia se emite en razón de dos años, incluso menos.

Esto se dio a partir del inicio de la oralidad penal, que permitió que todo en el Sistema de Justicia quedara hilvanado, amarrado, las primeras instancias con las instancias federales y estos a su vez con todos los recursos que se tienen en diferentes materias. Un logro sin duda importantísimo porque como bien dice el magistrado, la justicia tardía siempre se convierte en injusticia.

En el caso de Chiapas se ha dado un paso adelante de la oralidad penal, que es la oralidad mercantil, para lo que se cuenta ya con tres juzgados en el estado. Y con las nuevas reformas a la ley, que propiciaron la reducción de magistrados, la multiplicación de jueces y la conversión de los tribunales en juzgados, se facilitaron los procesos y los procedimientos para tener una justicia mucho más pronta y expedita.

Ahora con el nuevo Código Nacional de Procedimientos Penales, que busca la uniformidad en los requerimientos para los distintos delitos, se ha podido beneficiar a los justiciables y facilitarles a los abogados un mejor y adecuado proceso.

Tras estos cambios profundos en el sistema de impartición de justicia se ha podido avanzar en cuanto a la credibilidad del Poder Judicial de Chiapas, pero para el magistrado presidente esta no ha sido una tarea sencilla. “Adecuarse a las transformaciones y, a la vez, tratar de erradicar del organismo los viejos vicios y las malas prácticas del pasado, han significado una tarea titánica y ardua para todos. Aunque exista crítica al respecto, al final lo que cuenta son los resultados”.

No podemos negar la realidad. Más allá de que ahora no vemos al Poder Judicial del Estado involucrado en casos de corrupción, tráfico de influencias u operando persecuciones políticas en contra de los opositores del gobierno, desde las distintas salas regionales, tribunales y juzgados se han resuelto cientos de casos durante los últimos años en cuanto asuntos del orden civil, familiar, penal, laboral, de justicia para adolescentes y en las demás materias del fuero común y del orden federal.

El magistrado Juan Óscar Trinidad manifiesta que para devolverles la confianza a los ciudadanos hacia el Poder Judicial fue trascendental entender primero la cosmogonía de los chiapanecos, su sentir, pero también su enojo y aceptar que tenemos al menos cincuenta años de atraso en los diferentes sectores y ámbitos de la sociedad. De lo contrario, era exacerbar los malos ánimos, el coraje y aumentar la incredulidad en el aparato de justicia.

Trinidad Palacios es de esos pocos servidores públicos que ha pisado todos los rincones del estado en varias ocasiones, lo cual le ha permitido conocer las necesidades y las virtudes de la gente, así como los avances o los retrocesos en las localidades. Por eso mismo dice que si lo que queremos para los chiapanecos es hacer justicia, ya sea en el ramo penal, familiar u otro, tenemos que empezar por hacer justicia social.

Él no reconoce una verdadera impartición de justicia sin el respeto a los derechos humanos en los procesos de juicio y litigios:

“Mira, Mario, si nosotros queremos una justicia real, tenemos que ser imparciales, y para ser imparciales tenemos que entender al otro. Si bien en un juicio siempre hay un ganador y un perdedor, nosotros como autoridad debemos procurar que al final todos queden conformes, tranquilas y que no se sientan agraviadas, ni por la parte en disputa ni por nosotros. ¿Y cómo lo logramos? Anteponiendo, respetando y haciendo valer los derechos de ambas partes. Es lo que llamamos ‘justicia restaurativa’, que también nos lleva a la conciliación, donde todos pierden algo, pero también ganan algo. Con eso tenemos una sociedad mucho más tranquila, más integrada, menos dolida”.

Otro de los temas que el magistrado agregó a esta charla fue la pandemia del coronavirus que a todo el mundo le cambió la vida, incluidas las instituciones públicas, sin excepción del Poder Judicial del Estado que tuvo que implementar medidas sanitarias estrictas para proteger la salud de los trabajadores, de los litigantes y del público en general. Aunque para algunos cuantos, esto mereció críticas.

“Todos perdimos algo en esta pandemia. Así, ¿qué corona nos cargamos nosotros para seguir iguales? No podíamos ser negligentes y tener todo abierto. Hubiéramos expuesto a todos a contraer la enfermedad. Les pido ahora tanto a los abogados como a los chiapanecos que tengan confianza, que las cosas van a ir caminando, van a ir mejorando, pero que no piensen que vamos a regresar a como estábamos. Tenemos que adaptarnos, crear nuevos mecanismos que pongan a todos en igualdad de oportunidades, y sin dejar de observar los protocolos que nos marcan el Consejo Nacional y Estatal de Salud.

“Por eso les pido que tengan confianza. Si los restaurantes no han abierto al cien por ciento, sino una pequeña parte, nosotros tenemos que actuar de manera similar, siendo responsables con nuestras competencias, haciéndolo con orden, para cuidarnos y también cumplir en la medida en que esta situación nos lo vaya permitiendo”.

Las palabras del magistrado Juan Óscar Trinidad alimentan la expectativa de que el Poder Judicial, por su autonomía, por el respeto a la separación de poderes y por el compromiso que muestra para con los ciudadanos, arrojará el empoderamiento de la sociedad más que de sus gobernantes, permitiendo el sustento de la democracia y siendo uno de los grandes valores del Estado chiapaneco.

 

@_MarioCaballero

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