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La capacidad de sumar de Carlos Morales

Letras Desnudas

Mario Caballero

La capacidad de sumar de Carlos Morales

¿Qué motiva a la gente a votar por un candidato? Principalmente, es la esperanza de que éste contribuya a resolver los problemas que aquejan a la comunidad.

Carlos Morales Vázquez ganó la presidencia municipal de Tuxtla Gutiérrez impulsado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, quien prometió que su proyecto de gobierno y todos los de su partido se encargarían de desterrar los grandes males que han afectado al país: la corrupción, la pobreza y la inseguridad.

Sin embargo, lo que de ninguna manera pudieron imaginar quienes lo eligieron nomás por ser de MORENA es que su administración vendría a generar más problemas y nuevos dolores de cabeza.

Los hechos que se han venido suscitando con Veolia/Proactiva, su empresa favorita, son un buen ejemplo de ello. Durante los 14 años de existencia del contrato entre el Ayuntamiento y dicho consorcio, nunca los gobiernos pasados fueron tan entreguistas como lo ha sido el de Carlos Morales.

Hoy esa empresa cobra más dinero que antes. Nadie le reclama por su ineficiente servicio y ni le exigen el cumplimiento del contrato modificatorio que, dicho sea de paso, recoge mayores beneficios para ésta que para los ciudadanos. El alcalde Morales ha esgrimido “respetar” los compromisos contractuales como pretexto para saquear los recursos públicos y condenar a decenas de miles de personas a sufrir enfermedades a causa de la contaminación que esa compañía ha provocado en el ambiente y especialmente en los ríos cuyas aguas son destinadas para el consumo humano.

Su negligencia e insensibilidad ante la contingencia sanitaria por coronavirus propició que decenas de trabajadores del Ayuntamiento se contagiaran de covid-19 y que más de veinte hayan ya perdido la vida. Carlos Morales no sólo los obligó a acudir a sus labores, los hizo trabajar sin proporcionarles el equipo de protección respectivo.

La corrupción que antes se vivió en la alcaldía con Juan Sabines Guerrero, Yassir Vázquez, Jaime Valls Esponda y Samuel Toledo, no sólo no ha parado sino aumentó. Los hermanos del actual presidente municipal, particularmente Jorge, ha incrementado su riqueza de manera inaudita. Éste y el tesorero Carlos Gorrosino son señalados de entregar los contratos a empresas ligadas a la familia Morales Vázquez y de cobrar diezmos.

Asimismo, hemos sido testigos de compras por grandes montos de dinero realizadas por adjudicación directa, de cómo muchos empresarios han obtenido contratos jugosos por tráfico de influencias, de desvíos de recursos y de adquisiciones de todo tipo con sobreprecio, como los famosos contenedores de basura.

Algo que ocurre por primera vez es el alarmante incremento de la delincuencia en la ciudad. Hoy, 8 de cada 10 tuxtlecos asegura que Tuxtla no es segura, y siete de cada diez no confía en que las autoridades tengan la capacidad para resolver el problema, según el INEGI.

No recuerdo un solo momento en los últimos 20 años en que una banda de motociclistas anduviera sembrando la violencia en la ciudad, asaltando cuentahabientes, asaltando transeúntes, empresas y automovilistas, y asesinando con armas de fuego a las personas que se resistieron al atraco.

Hay grupos de salvadoreños y hondureños que cobran derecho de piso a los comercios ubicados en la periferia.

Hay robos a casa habitación, violaciones, extorsiones y narcomenudeo.

Y nunca un regente en ese mismo periodo había tenido una enorme ola de asaltos bancarios en el primer año de su gestión. La Secretaría de Seguridad Pública jamás había sido tan incapaz para hacer el trabajo que le corresponde, como lo es ahora la de Jorge Alexis Zuart.

Tampoco registro un trienio en que la autoridad haya querido engañar al Congreso del Estado con documentos falsos buscando establecer un nuevo impuesto. Y, hablando de impuestos, tenía mucho tiempo en que no veíamos un presidente municipal tan insensible y desmesurado como Carlos Morales, que haya decidido aumentar el impuesto predial en medio de la crisis económica más difícil de los últimos tiempos.

Si uno hurga en la historia, será difícil, si no es que imposible, encontrar un momento en que un alcalde de Tuxtla Gutiérrez haya recibido tantas protestas por parte de legisladores locales y federales, activistas sociales, organizaciones civiles, grupos políticos de oposición, medios de comunicación, y todos demandando mayor seguridad, más empleos, mejores servicios públicos, más obras y frenar el incremento a los impuestos.

EL SILENCIO

Un ambiente de ingobernabilidad como el que persiste en Tuxtla depende siempre del silencio de quienes callan ante los abusos, de quienes prefieren ignorar las tropelías en lugar de enfrentarlas. Muchas veces son funcionarios que en privado repudian las malas acciones y no dan cuenta del daño que alimentan al no hacer público su rechazo.

Por eso mismo, es digno de reconocimiento que la regidora Adriana Guillén haya levantado la voz frente a cada acto de corrupción, ante cada decisión ilegal del alcalde y, ahora mismo, por revelar que el incremento al impuesto predial no es una actualización a la tabla de valores unitarios de suelo y construcción como asegura el edil, sino eso: un incremento al predial.

Y también de panistas que han expresado que “no es posible que a la maltratada economía familiar ahora el Ayuntamiento le aumente impuestos, tal pareciera que lo único que importa a los intereses del Ayuntamiento es recabar mayores ingresos por parte de los ciudadanos”, dicen.

También militantes del partido Movimiento Ciudadano han expresado su inconformidad: “El cabildo de Tuxtla debe pensar en la nueva realidad, en lugar de nuevos impuestos, revisar de qué forma se puede ayudar a la economía tuxtleca”.

Diputados locales como Mario Santiz Gómez, del PRI, dijo ante el aumento al predial que se contempla hasta en un diez por ciento y el cobro por el servicio de agua potable en las escuelas públicas: “son ajustes que sin duda representan un duro golpe a los bolsillos de la ciudadanía tuxtleca”. Exhortó a los integrantes de la Comisión de Hacienda del Congreso a realizar un análisis de esa iniciativa, ya que representa un retroceso.

Un ciudadano de nombre Emilio de Jesús, declaró: “Ojalá que no haya aumento. La crisis es considerable, debería haber consideración por parte de las autoridades”.

Igual como ellos hay otros líderes políticos, luchadores sociales y organizaciones civiles que han demostrado su desacuerdo con la decisión de Carlos Morales de aumentar los impuestos.

Así la capacidad del alcalde de sumar fuerzas en su contra.

¿Y LOS MORENISTAS?

En todo esto, ¿dónde están los líderes morenistas? ¿Dónde están ellos que se describen como defensores de la patria, como los agentes de la “regeneración nacional”?

Quienes votaron por Carlos Morales lo hicieron con la esperanza de que procuraría hacer el bien común y resolvería los problemas, y, repito, por ser de MORENA. Pero ha sido todo lo contrario.

¿Qué harán pues los morenistas ante el fracaso del edil de Tuxtla, ya que sin duda los afecta en sus planes para 2021 y será una losa que tendrán que cargar? No lo sabemos, excepto que allí, en MORENA, el silencio es sepulcral. ¡Chao!

yomariocaballero@gmail.com

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