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La disputa política en tiempos de pandemia

La disputa política en tiempos de pandemia

Mtro. Esdras E. Cruz y Cruz.

La comunidad política mexicana en presencia de la crisis económica y la dañina pandemia, no ha objetado, ni hilado un planteamiento coherente que impulse la protección de todos los mexicanos sin distinción, la heterogeneidad de ideas e intereses sin conexión esencial e indispensable en los asuntos que hoy en día sin excepción alguna afecta a todos los mexicanos, ricos, pobres, norte, sur, industria, comercio, iglesia, alumnos, etc., los cuales en menor o mayor proporción, han sufrido grandes eclosiones en su calidad de vida, en su economía y en su seguridad social.

La política de unidad o políticos de unidad, ha fracasado, léase esto como la polarización, dispersión y distribución de las disputas y reclamos desde la óptica de cuotas y votos, y no desde una óptica de un plan mexicano en el que todos están de acuerdo por razón del valor de la emergencia que hoy nos asola, en el contexto de que la virtud política de unidad serviría sustancialmente para alcanzar la estabilidad social y política.

Una crisis económica de la magnitud que ya tenemos encima y que, en opinión de diversos analistas económicos, financieros y de diversas instituciones evaluadoras y medidoras del desarrollo, el bienestar y la confianza de las soberanías económicas de los países, tendrá una fuerza de destrucción mundial nunca vista en este siglo. La inestabilidad y la gravedad económica, requiere que la comunidad política tome en serio su papel de constructor, protector del pueblo sin basarse en sus preferencias políticas, pensando en las próximas elecciones del 2021 para determinar la fórmula política de mayor ventaja, mientras lo último que hoy se impulsa es salvaguardar a las personas de la proximidad de una pobreza implacable y del hundimiento de la economía mexicana.

Pertenecer a la clase política gubernamental y legislativa es de la más alta responsabilidad, compromiso y exigencia para con sus gobernados y representados; desempeñar con lealtad y patriotismo los cargos de que toman posesión, observar y a hacer observar fielmente la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanan, (…) “mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión; y si así no lo hiciere que la Nación me lo demande”.

Nunca como antes en la historia de México está disposición se vuelve más vigente, tenemos un México con gente desempleada, con pobreza, con hambre, con inseguridad, con asesinatos crecientes, y como textualmente dice la Constitución en su artículo 87° (…) “el cargo del Presidente de la República que el pueblo me ha conferido, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Unión”, (…). En ese sentido la nación somos todos y cada uno de los mexicanos y estoy seguro que queremos un México unido como lo manda nuestra carta magna, ya basta de ver esté mandato como un rito, el horno no está para bollos.

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