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Línea 12: una larga cadena de irresponsabilidades

Razones

 

Línea 12: una larga cadena de irresponsabilidades

 

Jorge Fernández Menéndez

La vida política de nuestro país pareciera que gira en círculos, con casi siempre los mismos personajes interpretando, a veces, sólo a veces, distintos papeles.

A fines de marzo del 2014, hace apenas siete años, escribíamos aquí sobre la Línea 12, decíamos que “Joel Ortega, entonces secretario de seguridad pública capitalino, no fue responsable de la muerte de 12 personas, nueve de ellos adolescentes, en el operativo realizado en la discoteca News Divine, el 20 de junio del 2008. Había mandos policiales directamente involucrados que estaban realizando ese tipo de operativos, entre otras razones, para sacarle dinero a los padres de los adolescentes detenidos. En el News Divine todo salió mal y el jefe de gobierno, Marcelo Ebrard, decidió pedir la renuncia de Joel Ortega en la SSP-DF, y del procurador capitalino, Rodolfo Félix Cárdenas. Sus reemplazantes fueron Manuel Mondragón y Kalb en seguridad pública y un joven hasta entonces poco conocido, Miguel Angel Mancera, en la procuraduría.

“Pero la forma en que se operó la renuncia de Joel Ortega, dejó una herida que nunca se cerró entre el propio Ortega y Ebrard… Ortega regresó en una posición estelar, la coordinación de campaña de Mancera. Electo Mancera jefe de gobierno estaba en condiciones de pedir un espacio importante en su gobierno y eligió ser nombrado director del sistema colectivo metro de la capital del país.

 “Durante el gobierno de Ebrard pocas cosas fueron más controvertidas que la construcción de la línea 12 del metro. En ésta última se gastaron, incluyendo la renta de los trenes, 45 mil millones de pesos. Se entregó con deficiencias, con obras sin concluir y ahora sabemos (seguimos en 2014) que tenía, además, fallas estructurales graves… La Línea 12 tiene deficiencias, hay muchos errores que se deben corregir, ajustar, reparar y modificar, pero fue construida con base en las especificaciones que dio el gobierno capitalino, se suponía que con las mismas características que la Línea A… El director del Metro, Francisco Bojórquez, decidió, sin que nadie haya podido explicar el porqué hasta ahora, rentar unos vagones de tren que no eran los mismos de la línea A, sino otros, que contrató por adjudicación directa, que son mucho más largos, pesados y anchos que la vía sobre la que tienen que transitar. Fueron 30 vagones, que se rentaron a una empresa española por 15 años, en un contrato que no se puede anular por ninguna causa, y con un pago de mil 558 millones de dólares”. Ortega, con Mancera como jefe de gobierno, fue el que ordenó suspender el funcionamiento de la Línea 12. Poco después dejó el cargo.

Seguimos con el texto de 2014. “¿Qué es lo que viene? Varias cosas: la primera establecer acuerdos precisos con los constructores para realizar los arreglos y el mantenimiento de la obra. Según autoridades capitalinas, no se puede excluir a los constructores porque sobre todo en el caso de Alstrom, es el propietario de muchas de las patentes que se usaron en la construcción (la misma construcción que ahora se derrumbó) … El contrato por los vagones no se puede modificar porque así se firmó, pero entonces se tendrán que modificar los trenes, con un costo muy alto. En todo este caso, sin duda, tendrá que haber responsabilidades legales”.

La línea 12 estuvo un año y medio fuera de circulación: se modificó su recorrido, se dijo que se corriegieron fallas estructurales, se modificaron los trenes para que coincidieran con los rieles.

Eso fue en 2014 y 2015. A fines del 2017, en la misma estación Olivos, en el puente que ayer se derrumbó, se exhibieron fallas de las columnas que sostenían la trabe luego de los sismos de septiembre de ese año. En octubre del 2020, usuarios y vecinos mostraron fotos en redes sociales de cómo se estaban pandeando las trabes del puente y cómo se estaban desprendiendo en los extremos, reclamando mantenimiento. No pasó nada.

Ayer las trabes, con fallas estrucutrales evidentes, se desprendieron y han dejado por lo menos 24 muertos y decenas de heridos, pero sobre todo han exhibido la integridad y el desempeño de varias administraciones capitalinas, las mismas que vienen gobernando ininterrumpidamente la ciudad desde 1997. Casi todos los involucrados siguen en posiciones de poder, todas las empresas que construyeron la Línea 12 siguen en operando sin problemas, prácticamente nadie ha sufrido una sanción seria respecto a lo ocurrido.

Ayer se hablaba del “incidente” en el Metro. No lo es, no es un “incidente”: se trata de un accidente que era evitable, que ocurrió por fallas en la construcción que fueron denunciadas, incluso oficialmente, desde años atrás.

No se trata de sacar raja política sino de colocar las cosas en perspectiva. Cuando se frenó la Línea 12, en 2014, se dijo que era una campaña política. Ahora el metro, ese vital instrumento de transporte que en medio siglo de funcionamiento había tenido muy pocos accidentes, acumula en dos años todo tipo de “incidentes”: choques de trenes, incendio y destrucción de su cerebro operativo, rezagos graves, cortes de luz, estaciones llenas de humo por cortocircuitos, el derrumbe de la Línea 12.

No nos engañemos: la llamada Línea Dorada fue construida con graves deficiencias estructurales. La Línea 12, y el metro en general no están recibiendo el mantenimiento ni el cuidado, incluso ante denuncias ciudadanas y de sus trabajadores, que exige un medio de transporte que mueve hasta 4 millones de personas al día. ¿Y nadie es responsable de nada?

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