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¡Nueve, la crisis!

1.- Todas las mujeres deben sumarse al paro, para generar condena y mayor sensibilización sobre este tema humanitario.

2. A las mujeres hay que amarlas, respetarlas y cuidarlas.

Jorge Enrique Hernández Aguilar

Bien dicen que no hay peor ciego que el que no quiere ver, ni sordo que el que no quiere oír, pero en México es inevitable, hay que reconocer que existe una crisis humanitaria que está afectando principalmente a las mujeres.

Los hombres están enviando en los hechos, las peores señales de una degradación bestial en la que ha dejado de importar todo el significado y la representación de la mujer en la vida familiar y social.

En todos los ámbitos, incluso en aquellos de los más machistas de la sociedad, hay indignación y coraje por lo que está pasando.

Una niña o mujer de cualquier edad, se ha convertido en el objetivo de cualquier perverso desgraciado, hasta asesinarla, después de cometer los peores agravios.

Esto viene sucediendo en todo el país, y no son problemas aislados, sino que forma parte de esta nueva normalidad, en la que todos los días tiene que aparecer una mujer raptada y asesinada.

Los varones y ya no se diga las mujeres, se preguntan ¿hay que hacer algo? ¿Qué hacemos?, ¿No es posible dejar que la humanidad ruede y que se sigan asesinando a las mujeres y nadie haga algo?

Es en este contexto de la impotencia y de la desesperación que se da a conocer la convocatoria a un paro nacional de un día sin mujeres, y más de alguno en lugar de sumarse a la iniciativa la ha comenzado a cuestionar.

Hasta ahora no existe otra iniciativa para generar conciencia de la importancia de una gran cruzada nacional para frenar la violencia en contra de las mujeres.

¿Se condena una iniciativa de las organizaciones de mujeres, por no tener un origen institucional?

No se trata de confrontar al gobierno con este paro del 9 de marzo, se busca comprometer a la sociedad y al gobierno para que sumen esfuerzos.

Algo tiene que salir como consecuencia de este ejercicio humanitario, más que democrático.

La sociedad debe tener la inteligencia y el talento, la sensibilidad y el compromiso de preparar en la referencia de este paro, una serie de propuestas para hacerlas llegar al gobierno en sus diferentes niveles, y también acciones que involucren a la familia y a los grupos sociales.

Aquí no debe tratarse de que las mujeres salgan a poner pintas o a destruir inmuebles para desquitar su coraje. No debe tratarse de inspirar más violencia, sino de hacer todo lo contrario para serenar a la sociedad y buscar caminos de razón y de mayor humanidad.

A las mujeres se les debe armar, respetar y cuidar, y estos deben ser principios rectores de una nueva relación con los varones.

Todas las familias tienen mujeres en casa, y con ellas y por ellas hay que comenzar con una nueva relación amorosa.

Respetar a las mujeres es fundamental, a la madre, a la esposa, a la hermana, a las niñas. No se trata de derechos, sino del respeto que merece todo ser humano a su integridad, su libertad y su seguridad.

Importante es cuidarlas, procurar su seguridad, y que cuando caminen por las calles sientan que los varones están protegiéndolas y que nada les habrá de pasar.

La presidenta del Senado, Mónica Fernández Balboa, pidió reconocer la crisis social que vive México por la violencia de género y llamó a cerrar filas y enfrentar entre todos, sociedad y gobierno, los diversos problemas que afectan a las mujeres, particularmente todas las formas de violencia que atentan contra su vida y dignidad.

Señaló la senadora Fernández Balboa “Debemos reconocerlo, estamos en medio de una crisis social, donde la violencia de género no escapa. Duele decirlo, pero cada día, 10 de ellas son asesinadas de manera cobarde y vil, por el simple hecho de ser mujeres”. Reconoció “la difícil coyuntura en la que nos encontramos, y que ha colocado a los derechos de las mujeres en el centro de la discusión pública nacional”.

Destacó que ningún país del mundo, ni siquiera los más avanzados, han logrado alcanzar la igualdad de género, “pero los problemas que tenemos aquí son especialmente graves, porque suponen una auténtica amenaza para la sobrevivencia de las mujeres”.

Fernández Balboa consideró que este problema debe ser tratado con urgencia, sobre todo, porque la barbarie contra las mujeres no solo ha crecido en número, sino que también ha escalado en cuanto a la saña y crueldad con las que se violenta a las mujeres.

Consideró la senadora que “No terminamos de reponernos de una tragedia, cuando ya nos enteramos de otra igual o más espantosa que la anterior. Lo peor es que casos como los de Abril, Ingrid y Fátima no son hechos aislados, sino que forman parte de un contexto de violencia, discriminación y adversidad al que nos enfrentamos todos los días: en la familia, la escuela, las calles y el trabajo”.

Así que el nueve de marzo debe ser la expresión más grande de condena y de repudio en contra de esta crisis humanitaria, que sigue poniendo en riesgo la vida y la seguridad de las mujeres mexicanas. Todas deben sumarse al paro.

El paro traerá una mayor conciencia de amor a la mujer, de respeto y de cuidado. Esto debe promoverse desde la perspectiva de la familia, del barrio, de la colonia, de la comunidad, de la sociedad.

Debe comprometer al, gobierno en todos sus niveles, a pronunciarse el 10 de marzo con una serie de acciones de política pública que definan a la Cuarta transformación.

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