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Letras Desnudas

Mario Caballero

Un plan que sí suma

Discrepo con aquellas personas que han calificado de inútil y propagandístico el decreto presidencial que implica beneficios fiscales para la frontera sur de México. Su equivocación es rotunda. Porque propagandístico es aquel programa o proyecto de gobierno que participa en la industria del clientelismo electoral. Esto es, repartir miles de millones de pesos a cambio de llevar la fiesta en paz y conseguir votos en el futuro.

Reducir las tasas tributarias es en este momento de extrema incertidumbre económica, no lo es en ninguna forma. Es, indiscutiblemente, un plan necesario. Efectivamente, un plan que pretende en el corto y mediano plazo incentivar el consumo familiar, el comercio entre los países vecinos, la inversión privada y pública y reactivar la economía.

El objetivo no es un asunto menor. Sobre todo, si se considera que los estados que recibirán el beneficio han sido los históricamente relegados por las administraciones pasadas y los que concentran el mayor número de personas en pobreza y pobreza extrema.

El decreto consiste en que 22 municipios en los estados de Tabasco, Campeche y Chiapas, que limitan con Guatemala, a partir del 1 de enero de 2021 el IVA pasará de 16 a 8% y el Impuesto sobre la Renta (ISR), del 30 al 20%. Chetumal, en Quintana Roo, que tiene frontera con Belice, será una zona franca, es decir, que además de aplicársele la reducción en el IVA y el ISR y estímulos a los tributos a la gasolina, común al resto de los municipios fronterizos, disfrutará de exenciones al impuesto a las importaciones y al derecho del trámite aduanero.

Como dijimos antes, la decisión busca ser una palanca para relanzar la economía de una región con rezagos históricos.

INICIATIVA DE ERA

El proyecto de decreto comenzó a iniciativa del senador chipaneco Eduardo Ramírez Aguilar, actual presidente del Senado de la República.

En septiembre de 2019, propuso ante el Pleno de la Cámara que reducir a la mitad la tasa del IVA en la enajenación y uso temporal de bienes, en la prestación de servicios independientes y en las importaciones, daría pie para el progreso de la frontera sur.

ERA, como se le conoce, argumentaba que dicha franja territorial cuenta con regiones que tienen un amplio potencial de desarrollo, pero que para ello se necesitaba un impulso. Estaba seguro que al establecer estímulos fiscales ayudaría a aumentar la productividad de las actividades económicas y, por ende, a mejorar la calidad de vida de los habitantes.

La propuesta del legislador morenista fue bien recibida por sus similares en el senado y por autoridades del gobierno federal, en especial por el presidente Andrés Manuel López Obrador, y se decidió tomar un tiempo para su análisis. Luego vino la pandemia.

Los impuestos son muchas veces considerados como obstáculos del desarrollo, pero no lo son. Gran parte de la funcionalidad de nuestro país, y de todos los países del mundo, depende directamente de la recaudación de impuestos. El gobierno tiene la enorme responsabilidad de brindar seguridad, servicios de salud, educación, vivienda digna, pensiones, infraestructura, entre otros, y para afrontar los gastos que esto implica necesita de los impuestos, que no son otra cosa que instrumentos de justicia social: gravan la riqueza con tal de evitar la pobreza.

En ello encuentra su razonamiento la iniciativa del senador Eduardo Ramírez. Por un lado, siendo hijo de padres emprendedores, conoce bien a bien las dificultades que tienen que enfrentar los empresarios, esencialmente en el tema fiscal. Pues hay veces que los empresarios se encuentran en la disyuntiva entre pagar impuestos o pagar salarios. Por el otro, sabe que, como estudioso de las leyes, los tributos son un compromiso constitucional que todos debemos cumplir a cabalidad.

No obstante, su larga experiencia en la función pública le ha permitido entender que en momentos de crisis el Estado debe actuar en razón del bienestar de las personas.

Ahí el motivo de su iniciativa, y también el de la propuesta que hizo durante el periodo más delicado de la actual emergencia sanitaria de reducir el IVA al 10 por ciento. Alegaba que sería una medida temporal que ayudaría a las pequeñas y medianas empresas y a los consumidores. Porque a menor precio, mayor consumo, y se recuperarían los empleos y la economía.

En el presente decreto que reduce el IVA y el ISR en la frontera sur, entre otros estímulos, podría decirse que parte de su logro es de Eduardo Ramírez. Fue su iniciativa, le dio seguimiento, sostuvo pláticas con el secretario de Hacienda e insistió que era la mejor estrategia para reactivar la economía en estos tiempos difíciles.

ALCANCES Y VENTAJAS

Empero, ante las críticas de que, si es justa o favorable, considero importante reflexionar que esta medida no resta, sino que suma, sobre todo a las pequeñas y medianas empresas, que son la columna vertebral del sistema comercial mexicano al contribuir con el 52% del PIB.

Empecemos por el espejo de la frontera norte.

Como bien se sabe, el presidente López Obrador promulgó estos mismos beneficios a principios de su administración para la zona limítrofe con Estados Unidos. Y entre los principales resultados está el aumento del consumo y se evitó la compra de ciertos productos a dicho país. Asimismo, incrementó la inversión privada y en consecuencia la competitividad económica y se conjuntaron esfuerzos que lograron importantes ganancias para las PyMes.

Aunque es difícil la comparación pues el norte del país concentra la mayor parte de la industria maquiladora, la disminución de la carga fiscal en la frontera sur de México permitirá incentivos para que las empresas ya instaladas puedan mantenerse operando después de esta profunda crisis. Veamos por qué.

En primer lugar, será factor de fortalecimiento para las empresas ya que este respaldo que también beneficia los bolsillos de las personas aumentará el consumo. Segundo, será de ayuda ante diversos retos, pues el ahorro en materia de impuestos representaría un entrepiso para hacer menos pesado el camino. Pensemos en los saldos a favor del IVA, de los que podrían solicitarse su devolución o acreditarse a cargo de los meses siguientes hasta agotarlos.

Tercero, será atractivo para la inversión extranjera, que se vería beneficiada con la disminución del ISR y el IVA. Cuarto, en cuanto a la competitividad se impulsarán las empresas fronterizas cuyos productos o servicios son distribuidos al interior del país, éstas podrán facturar con el impuesto de la zona, lo que supondrá un ahorro a los usuarios. En esto también se basará el incremento al consumo.

El crecimiento de la economía local, como vimos en el punto anterior, se verá directamente impactada con el crecimiento de las adquisiciones, eso logrará mayores ingresos y un desarrollo en toda su estructura.

En suma, reducir los impuestos fomentará la inversión, el turismo, el consumo, generará empleos y ahorros importantes para las empresas y, en conjunto, detonará la economía de la región.

No está por demás decirlo, pero esta medida que comenzó como iniciativa del senador Eduardo Ramírez podría significar el paso más trascendental y positivo que se haya dado para el futuro de los estados de la frontera sur. Al tiempo. ¡Chao!

yomariocaballero@gmail.com

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