- Solo en 2021 se registraron en México 6.2 suicidios por cada 100 mil habitantes, con la mayor prevalencia entre los jóvenes de 18 a 29 años, aunque no se conoce cuántos de ellos tenían una orientación sexual diversa
- Las estrategias internacionales parten de la premisa de que el suicidio es prevenible ya que se da como un proceso que inicia con la ideación y posteriormente pasa a intentos y, finalmente, a la consumación
Marco Alvarado/Diario de Chiapas
“Algunos llegaron al punto de tener ideas suicidas luego de vivir una ansiedad prolongada durante estos meses de reclusión por la pandemia”, otros, cuenta el psicólogo Alan Sánchez Escobedo, se tambalearon por la depresión.
Todos tenían en común pertenecer a un colectivo en el que las historias de lucha y sobrevivencia son similares: personas de la diversidad sexual que se asumen como lesbianas, homosexuales, bisexuales o transgénero, a quienes el encierro obligado en lo peor de la pandemia de Covid-19 detonó problemas que llevaban consigo, en muchos de los casos, desde la niñez.
Las infancias en la diversidad no suelen ser fáciles. Hay en las historias recuerdos del rechazo, la opresión, el miedo, la no aceptación, que los marcó en diferentes formas y niveles, y que terminó por hacerse patente en un momento de crisis emocional, ya sea por la pérdida de seres queridos o el miedo al contagio de esta enfermedad, aunado a la pérdida de empleos o del “sentido de la vida”.
“Los rechazos en los entornos deja huellas, y cuando no se pide la ayuda adecuada, de forma terapeútica, aflora en forma de depresión o ansiedad”, destacó el especialista.
También consideró que ocurrió un cambio significativo: quienes han pasado por una situación así se dieron cuenta del trabajo que implica la sanación personal, más que simplemente relajarse, aprender a respirar o meditar, se requiere de un profesional en la salud mental.
Hasta el año 2020, según la estadística del Inegi, Chiapas se ubicó por debajo de la media nacional en la tasa de suicidios por cada 100 mil habitantes, con un estimado de 3.8 casos en el año de referencia, mientras que Chihuahua reportó 14 suicidios por cada 100 mil habitantes.
Alan Sánchez Escobedo, quien forma parte de la asociación civil Puerto de Vida, se especializa en este tipo de casos, que no deben ser minimizados o ridiculizados como una simple forma de manipular o de llamar la atención, sino como una señal de alarma, tal vez la última que pueda dar alguien que lucha contra estos padecimientos.
Por eso enfatizó en que “es importante romper el estigma que rodea a la salud mental. Decir, aquí estoy, soy gay, son lesbiana, como te quieras identificar y pedir la ayuda que necesitas, trabajar en el amor a uno mismo y acercárse a quienes trabajos estos temas sin juzgar”.
Una opción que suelen tomar con más frecuencia los jóvenes, para quienes atender sus emociones y miedos, se ha normalizado en los últimos años, en gran medida, porque hoy se habla más de condiciones que no se ven a simple vista.
Al respecto, las autoridades en salud pública alertan que el suicidio no es un evento aislado, sino el último eslabón de una cadena de eventos, producto de la interacción entre un trastorno mental y un evento estresante.
Según los especialistas, las principales causas del suicidio son las enfermedades mentales, principalmente la depresión y el consumo de sustancias como alcohol y drogas.
Las estrategias internacionales parten de la premisa de que el suicidio es prevenible ya que se da como un proceso que inicia con la ideación y posteriormente pasa a intentos y, finalmente, a la consumación, sin embargo, la intervención oportuna de un especialista puede ser crucial para evitar un desenlace fatal.
