¡Sollozo! de parachicos

Karla Gómez / Diario de Chiapas

Antes de llegar al camposanto, los parachicos realizan el tradicional recorrido por los barrios de esta ciudad heroica. Guiados por el patrón de los Parachicos, Rubisel Gómez Nigenda, los y las parachicas danzan bajo el ritmo del tambor y carrizo. Agitan los chinchines, zapatean, con estos movimientos se dice que fertilizan la tierra, pues la danza está ligada al ciclo agrícola. Por ello, con los pasos aflojan la tierra, y del chinchín caen semillas que serán sembradas.

Las calles se llenan de colores, de vivas que resuenan en el unísono: Señor de Esquipulas, San Antonio Abad, San Sebastián, son algunos de los santos que son enunciados durante la procesión.

Ningún parachico se detiene, continúa caminando bajo el sol, yendo hacia el lado norte en donde se encuentra el panteón, lugar donde visitarán a los ex patrones, a esos seres que guiaron y acompañaron a este personaje citado en la leyenda de María de Ángulo.

Mientras llegan, bailan en algunas casas frente al panteón, o afuera de los recintos religiosos, ya que, debido al terremoto del pasado 7 de septiembre del 2017, fueron inhabilitadas.

Rubisel va dejando sones en las calles, la música y el parachico son uno. La última calle para llegar al panteón es una subida, no importa la distancia o el esfuerzo que implica, todos suben, todos llegan al panteón, suena con más emoción el tambor y el carrizo.

Manuelito, Arsenio y Atiliano, son los ex patrones que se visita.

Se les recuerda, se les agradece, se vuelve un momento espiritual y de mucha carga cultural.

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