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José Cancino / Tapachula

Karla huyó de su país, Honduras, debido a la violencia que recrudeció por el escenario político. Llegó a Tapachula y se estableció un par de días, después llegó a sus oídos la salida de una caravana migrante que buscaría alcanzar la frontera norte.

Emprendió el viaje con sus dos pequeños hijos, uno aún en brazos, y su madre que la acompaña en este viaje.

La fuerza y brutalidad del Instituto Nacional de Migración (INM) y la Guardia Nacional (GN) la hicieron retroceder en el municipio de Acapetahua, antes que ocurriera lo mismo que les ocurrió a otras madres: perder a sus hijos o resultar golpeada.

No tuvo más alternativa y retornó a Tapachula, donde tras una semana viviendo en un cuarto de una pensión en la zona centro, decidió salir (otra vez) en busca de la frontera norte.

Las dos mujeres y los dos pequeños tomaron ruta a bordo de un Rápidos del Sur que los llevó hasta Arriaga, pero hasta allí pudieron llegar.

Los oficiales de Migración les impidieron el paso y bajo el argumento de “está no es la ruta migratoria”, tuvieron que sortear este paso y caminar desde Arriaga hasta Tuxtla Gutiérrez.

En la capital de Chiapas, la familia hondureña se fue guiando por el señuelo que otros cientos de migrantes han dejado. Ahora están varadas en Malpaso, en una pensión barata donde esperan poder avanzar en las próximas horas junto a otro grupo de, al menos, cien inmigrantes.

LA NUEVA RUTA

Tuxtla Gutiérrez se ha convertido en la nueva ruta de paso para migrantes que estuvieron varados semanas, meses e incluso años en Tapachula.

Los extranjeros han dejado de pasar por territorio oaxaqueño, porque es una tarea prácticamente imposible. Ahora la ruta marca todo el centro de la Entidad, con miras a llegar a Veracruz, un punto complicado para los extranjeros debido a la violencia que recrudece en esta región del país.

Pero para Karla, de 28 años, seguir sobre este camino representa un serio riesgo. Apenas salía de la frontera entre Chiapas y Oaxaca, cuando sujetos no identificados la despojaron de mil pesos para que “pudiera seguir su ruta”.

“No tenemos dinero y ahora tenemos que esperar aquí para poder movernos, entendemos que es poco a poco, pero estamos desesperadas porque queremos salir ya de Chiapas, vemos las noticias y hay muchos haitianos en Texas, allá queremos estar”, narra la mujer.

Ahora el grupo de hondureños aguarda como cientos de ellos lo hacen en la capital Tuxtla Gutiérrez y otros municipios cercanos.

En las últimas horas, la terminal de autobuses de la plaza Sol se ha visto abarrotada por haitianos que buscan salida rápida hacia el centro del país.

VACÍAN TAPACHULA

Los cientos de extranjeros entre haitianos, cubanos, centroamericanos y hasta sudamericanos que se mantenían varados en Tapachula, han dejado a la mayoría esta localidad para encaminarse hacia otros puntos del Estado.

Ya no lo hacen en caravana, pero todo indica que las autoridades migratorias y federales les permitieron una salida rápida. Ha sido un tanque de oxígeno para los miles de inmigrantes que a diario protestaban por dejar la frontera sur y avanza poco a poco hacia el norte.

Pese a esto se siguen promoviendo amparos para que los extranjeros puedan salir de una manera más protegida desde Tapachula hacia otras partes del país, lo cual este día ha dado resultados positivos.

Una familia conformada por padre, madre y dos menores de edad, han logrado llegar a Mexicali desde Tapachula con este amparo promovido por el activista Luis García Villagrán.

Tapachula ha respirado ante tanta presión de miles de migrantes, pero ahora hay muchos en caminos, carreteras y ciudades de Chiapas; los más afortunados ya en otras provincias, pero con la incertidumbre si podrán llegar a la frontera donde el gobierno de Joe Biden ha cerrado todas las puertas de entrada.

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