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José Cancino/ Tapachula

Al menos cuatro establecimientos con venta de bebidas embriagantes se han instaurado en pleno margen del Río Suchiate, bajo el total consentimiento de la alcaldesa Sonia Eloína Hernández Aguilar.

En el punto, algunos comerciantes señalaron que a diario se registran situaciones en las cuales se pone en riesgo la paz de cientos de personas que deambulan por el lugar, sin que la autoridad municipal sancione y prohíba la operación de estas cantinas que funcionan desde la mañana y hasta la noche.

La venta de alcohol es aprovechada por desconocidos que cruzan de Guatemala a México o viceversa, mismos que provocan zozobra entre la población de este paso fronterizo informal.

Los comensales aprovechan que se trata de un territorio sin ley, para embriagarse en los establecimientos improvisados donde también se han colocado lonas para simular baños y pequeños barandales que dividen el espacio de estas cantinas, que operan en la clandestinidad sin ningún tipo de control sanitario ni de seguridad.

Aunado a esto, la música a todo volumen también provoca incomodidad entre quienes pasan por el sector, principalmente centroamericanos que buscan retornar por esta vía a sus hogares.

Dichos puestos con venta de bebidas embriagantes se colocaron a consecuencia de las festividades del 15 de septiembre y desde entonces no se han retirado del bordo del Río Suchiate.

“Yo paso todos los días con mi identificación permanente y me ha dado temor hacerlo ahora porque hay personas borrachas que comienzan a insultar o a decir cosas, principalmente a las mujeres”, expuso Catalina “N”, una de las afectadas por esta situación.

El cruce fronterizo se mantiene sin control de ningún tipo, ahora se suma este problema de alcoholismo e inseguridad brotando a flor de piel.

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