La carrera contra el reloj para la construcción de dos nuevos hospitales continúa a toda marcha en Wuhan, ciudad donde brotó el coronavirus que ya dejó al menos 170 víctimas mortales en China y más de 7.000 casos confirmados.
En la periferia de la ciudad, de 11 millones de habitantes, la obra cuenta con centenares de obreros, numerosas excavadoras y no faltan los termómetros para detectar posibles casos de la neumonía viral entre los trabajadores.
“Hay que trabajar rápido, para combatir la epidemia” dice a la AFP un obrero de unos 30 años de edad, que prefiere no dar su nombre. Dice trabajar nueve horas diarias, “a veces más, a veces menos, depende de las necesidades”.
Los otros centros de salud de la ciudad están desbordados por el flujo de enfermos afectados por neumonía, o temiendo simplemente un contagio. Las autoridades decidieron así lanzar la construcción de dos nuevos hospitales, que deben estar terminados en un tiempo récord.