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Marco Alvarado/ Diario de Chiapas

La epidemia global de obesidad sobre la que alertan médicos y especialistas en nutrición tiene más efectos a largo plazo que el coronavirus, sin embargo, es un problema que podemos revertir si cambiamos los hábitos de alimentación y comenzamos a realizar actividades físicas.

De acuerdo con información reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad en los seres humanos ya alcanzó números preocupantes, porque afecta a más de dos mil millones de adultos y 340 millones de niños y adolescentes.

Estos solo son los números, su consecuencia real se vive todos los días en los hospitales: personas que enferman de diabetes, que tienen la presión arterial elevada, que viven con dificultad para moverse, dolores crónicos, problemas para respirar y una larga lista de afecciones.

De hecho, vivir con obesidad aumenta 46 por ciento el riesgo de tener una prueba positiva de Covid-19, duplica el riesgo de hospitalización y sube 44 por ciento la posibilidad de morir por esta causa, advirtió Donna Ryan, profesora emérita del Centro de Investigación Biomédica de Pennington, Estados Unidos.

En México, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la niñez vive en un ambiente obesogénico, al que contribuyen tanto los padres como las instituciones educativas.

Por ejemplo, tienen una elevada disponibilidad de alimentos procesados, fritos y con azúcares adicionales, así como, la oportunidad de comer durante el periodo escolar, generando consumos por arriba del promedio recomendado y en periodos cortos de tiempo.

Preocupa también que durante este periodo de confinamiento, la situación haya empeorado, porque en los hogares también hay una alta disponibilidad de alimentos que carecen de nutrientes, pero cuentan con altos contenidos de azúcar, como los jugos, bebidas carbonatadas, frituras, panadería industrial, preparados para agregar sabor a la leche, entre una infinidad de productos que se consumen a diario.

¿Qué podemos hacer contra la pandemia de obesidad?

?La buena noticia es que nosotros tenemos el control: necesitamos de una dieta alimenticia mucho más sana y no apostar por la conocida comida rápida, que posee todos los elementos para generar obesidad mórbida.

Además de una buena alimentación, es necesario que las personas tengan una rutina de ejercicio que les permita evitar la acumulación de grasa producto del sedentarismo. 

Es recomendable cambiar las largas jornadas de trabajo sentados en un escritorio, por actividades al aire libre que nos devuelvan no solo el movimiento sino la energía que nuestro cuerpo necesita.

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