En Cultura: partir de lo disponible para pensar en lo posible

Roger Heli Díaz Guillén
Chiapa de Corzo, Chiapas
Reducción del presupuesto federal para el 2025

Hoy se habla, analiza y denuncia, el trato no justo presupuestal a la parte humana de las políticas públicas, como es la Cultura y la Educación, que en el proyecto de presupuesto de egresos 2025 contempla una reducción del 30% a la cultura y una reducción sustantiva en la educación, en rubros importantes como la infraestructura educativa, que de 30 mil millones otorgados en el 2024 se reduce considerablemente a 16 mil millones en el 2025.
Esta realidad al trato presupuestal, después que en los meses de elección mucho se habló por mejorar la atención a la pluriculturalidad y derechos culturales de los pueblos originarios de México y fortalecer un modelo educativo comunitario como lo plantea la nueva escuela mexicana, lleva a muchos mexicanos a quedarse en la trinchera de la crítica y la denuncia y otros muchos a pensar y proponer el debido y óptimo ejercicio de estas políticas públicas, partiendo de reconocer que en principio, la administración pública federal en materia cultural y educativa no podrá continuar haciendo lo cotidiano, porque se reduce su margen de actuación por lógica de circunstancia presupuestal; llevando a replantear sus objetivos y limitar sus metas en acciones de trabajo normativo.
En esta idea, es oportuno plantear que ante esta realidad, lo recomendable es partir de lo disponible (presupuesto) pensando en lo posible (programas y acciones), distribuyendo este presupuesto en tres áreas sustantivas: Instituto Nacional de Bellas Artes; Instituto Nacional de Antropología e Historia y Subsecretaria de Desarrollo Cultural; siendo en esta última instancia citada, donde se deberán reconstruir políticas públicas, objetivos y metas, destacando la delimitación de los actores y poblaciones objetivo, como artesanos, artistas, talladores de madera -entre otros- incorporando a los pueblos indígenas como sujetos de derecho colectivo y dueños de los patrimonios culturales de México, quienes en este ejercicio 2025 deben dejar de ser tratados como sujetos de interés público.
El tema toral que la política pública federal en materia cultural no debe soslayar, es su atención a los patrimonios culturales de los pueblos, que en enero del 2022 se les reconoció la propiedad de los mismos; que a la fecha estos patrimonios no se encuentran inventariados, identificados y reconocidos por los pueblos; además de trabajar en el fortalecimiento de las expresiones culturales que se sostienen por usos y costumbres de forma ágrafa en sus sistemas normativos comunitarios, propiciando espacios de reflexión para el fortalecimiento y sostenibilidad de las expresiones culturales tradicionales.
Un tercer tema sustantivo a considerar en el plan nacional en materia cultural, es lo relativo al blindaje de estas expresiones culturales ante el plagio constante de firmas comerciales de la moda y otras industrias; siendo sugerente revisar la Ley de Derecho de Autor, con relación a la Ley Federal de Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos Indígenas y Afromexicanos, para instrumentar el registro de muchas expresiones como el tejido, siendo el promovente el pueblo indígena que corresponda, basado en los derechos reconocidos el 30 de septiembre del 2024.
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