Compromiso y estabilidad emocional: adultez emergente
Lilia Ma. Calderón/Las Margaritas, Chiapas [email protected]
El establecimiento de una relación de pareja estable y perdurable en el tiempo, es una de las tareas más importantes que los jóvenes deben realizar en la adultez emergente. Esta búsqueda se inicia en la adolescencia y se vincula con la capacidad de establecer relaciones de intimidad. Las relaciones amorosas adolescentes transitan a lo largo de cuatro etapas, siendo las relaciones de pareja comprometidas propias de la finalización del período; estas se caracterizan por ser más largas, incluyen la atracción sexual, la intimidad e integran otros elementos, como la capacidad de proporcionar cuidados al otro.
Las relaciones amorosas en la adultez emergente presentan múltiples alternativas y denominaciones, dependiendo de niveles diferenciales de involucramiento emocional, exclusividad, intimidad sexual, permanencia en la relación y su formalización. Estas relaciones se dan en un contexto social donde coexisten diversas concepciones del amor, del sexo, del placer y legitimidad de diversas formas vinculares; uno de los factores que puede afectar este proceso, refiere a las experiencias que se ha tenido con el cuidador primario -habitualmente la madre- en cuanto la relación de apego.
Esta relación primaria establecería un prototipo de relación a través de la conformación de modelos operativos internos, que se extendería a las relaciones de amistad y pareja, afectando las características y grado de satisfacción con las mismas; una relación de apego seguro con el cuidador primario promueve una relación de pareja satisfactoria, pues se asocia a esta modalidad vincular una serie de efectos beneficiosos, como la capacidad de intimar, de dar y recibir apoyo, y de proporcionar y solicitar cuidados.
Por el contrario, los estilos de apego inseguros darían lugar a relaciones más conflictivas, menos duraderas y las personas tendrán mayor probabilidad de padecer alteraciones emocionales, como la depresión. También los estilos de apego inseguros, han sido asociados a una mayor prevalencia de problemas emocionales y patologías psiquiátricas.
Un segundo factor, estrechamente ligado al apego que influencia el establecimiento y la calidad de la relación de pareja, es la capacidad de establecer una relación de intimidad. Las dificultades en este plano pueden llevar al rechazo y aislamiento, pues durante la adolescencia y la juventud, el establecimiento de una relación de pareja no sólo es una fuerte motivación, sino que también constituye una forma de inserción social. Así, la intimidad es tanto un logro de esta etapa, como también un aspecto importante al momento de establecer una relación de pareja satisfactoria, lo cual se ve favorecido por la existencia de un apego seguro. El establecimiento de una relación íntima tiene efectos beneficiosos, como por ejemplo, afrontar de mejor manera el estrés, lo cual es más característico de las mujeres, etc.