Migraciones diseminantes
Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Moverse, disemina.
Permanecer estático, destruye.
Agustín Medinilla Vázquez, comparte: “La naturaleza del humano es migrar y gracias eso se ha poblado la tierra, la cultura trasciende fronteras, observado en las diversas manifestaciones artísticas, económicas, modos de producción, etc. Hay humanos adaptados a su tierra, puede o no florecer y ser o no feliz, la mayoría migra. Son migraciones eventuales o habituales, pequeñas o grandes distancias, internas o externas, temporales o definitivas, con o sin arraigo al país de origen o receptor”.
El instinto de movilización impide estar fijos en un lugar.
Tal vez se encuentra en nuestra naturaleza.
Antes de existir la agricultura, debía moverse para hallar, encontrar alimento.
Lo hacen el reino animal y los seres humanos libres para cazar o pastorear a los herbívoros; a los domesticados los tenemos delimitados a un territorio.
La movilización humana es fuente de diseminación genética, bacteriana, viral, demostrado por pandemia de Sars Cov 2 Covid-19.
Al estado de emergencia por la viruela símica, no se atreven a llamarle pandemia.
Las migraciones permiten la diseminación de las variaciones genéticas humanas, útiles para la sobrevivencia.
Observamos que la mujer y varón fuereños, tienen amplia atracción como aceptación para el sexo opuesto y esto está relacionado con los olores.
Significa que poseen moléculas de histocompatibilidad tipo I o II, diferentes -no similares- a las que presentan los atraídos y locales.
Es difícil que haya atracción entre compañeros de vida, estudio o trabajo, originarios del mismo lugar y a veces hasta emparentados.
Recuerda: toda infección contraída después de ser creada la inmunidad, ya no puede ser trasladada a los descendientes.
Si sufre la infección por contacto, se desencadena la inmunidad celular y humoral. La infecciones pueden poner en riesgo la vida y dejar secuelas.
Finalizaré con una reflexión del Dr. Agustín Medinilla Vázquez:
“Mi imagen acerca de la migración México-Centroamericana, se visualiza como un ser humano jodido, esclavo, encadenado, famélico. Sin saber o tener noción de sus riquezas, a los países les drenan su sangre joven y vigorosa, sus mejores exponentes, intelectual y físicamente desarrollados, transfundidos a un cuerpo-nación explotadora. Además de robarle mediante distintos artilugios su riqueza, no invirtió ni una pizca de esfuerzo en la preparación de esa energía vital”.
