Jaime Sabines: El poeta de lo humano

MdeR
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
El día 19 de marzo, en el teatro, Francisco I Madero de esta ciudad de Tuxtla Gutiérrez, comentaron sobre el poeta Jaime Sabines: Hernán León Velasco, Luciano Villarreal Rodas, Isaac Castillo, Izhar León, el moderador fue Uvel Vázquez.
Jaime Sabines es uno de los poetas más significativos de la literatura mexicana del siglo XX. Su obra, marcada por la sencillez del lenguaje y una intensidad emocional desbordante, ha logrado trascender generaciones, convirtiéndose en un referente de la poesía que dialoga directamente con la vida cotidiana, el amor, la muerte y la existencia humana sin artificios ni pretensiones. Sabines no es un poeta que se refugie en las formas clásicas ni en el preciosismo literario, sino un hombre que escribe desde la entraña, con un estilo directo, coloquial y profundamente conmovedor.
Uno de los rasgos más distintivos de su poesía, es la manera en que aborda el amor. No lo idealiza ni lo encierra en metáforas inalcanzables; por el contrario, lo presenta como una experiencia visceral, contradictoria y, a menudo, dolorosa. En poemas como Los amorosos, Sabines describe el amor como un estado de vulnerabilidad absoluta, donde los enamorados “viven al día, no pueden hacer más, no saben”. Su visión del amor es carnal y terrenal, lejos de las visiones idealizadas que lo convierten en una utopía inalcanzable. Para Sabines, el amor es un temblor del alma, una urgencia, un riesgo que, aunque a veces duela, es imprescindible.
Además del amor, la muerte es un tema recurrente en su poesía. Sin solemnidad, pero con una hondura impresionante, Sabines habla de la muerte con crudeza y resignación. En Algo sobre la muerte del mayor Sabines, un poema escrito en honor a su padre, el poeta enfrenta la pérdida con palabras que conmueven hasta lo más profundo. No hay metáforas ornamentales ni consuelo en su escritura, solo la realidad del duelo y la impotencia frente al destino inevitable. Su poesía nos recuerda que la muerte no es solo un evento final, sino una presencia constante en la vida, una sombra con la que todos convivimos.
Otro aspecto fundamental de su obra es la cotidianidad. A diferencia de otros poetas que buscan temas elevados o abstractos, Sabines convierte lo común en poesía. Su mirada está puesta en lo que muchos considerarían insignificante: una calle, una conversación casual o el paso del tiempo en el rostro de la gente. En poemas como La luna, transforma un elemento tan habitual en una imagen llena de encanto y misterio, jugando con el humor y la ironía sin perder la profundidad.
Jaime Sabines no es un poeta para la academia ni para los círculos elitistas de la literatura. Es un poeta del pueblo, de la gente común que siente, que ama y que sufre. Su legado radica en haber logrado que la poesía no sea vista como algo inalcanzable, sino como una voz cercana al lector.
Su obra sigue vigente porque, más allá de las modas literarias, toca lo esencial de la existencia: el amor, la muerte, la soledad y la belleza escondida en lo cotidiano. Por eso, Sabines no es solo un poeta; es una necesidad, una compañía en la vida de quienes encuentran en sus versos el reflejo de sus propias emociones.

Hernán León Velasco
19 de marzo, 2025.

Compartir:

Última hora

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *