No menguan ni incrementan

Dr. Jorge Alberto Rincón Acebo Tuxtla Gutiérrez, Chiapas

En tiempo real, te informas y desinformas.

¿En qué ha modificado la calidad de percepción de la realidad para los casi 8 mil millones de seres humanos? Las noticias son como la batuta del director de orquesta: marcan notas de atención o desatención personal. En India, hay miles de muertos, de un momento a otro han dejado de ser noticia. Surge la duda: ¿existen aún o no existieron?

La memoria se renueva, es inconstante, evasiva, maleable, ajustable. En consecuencia, es fácil expresar: “La verdad es relativa”. Así, la razón se ajusta a connivencia.

La economía es incompatible con el aislamiento. La connivencia, hermanada con la carencia de solidaridad, incrementa la transmisión de la enfermedad.

Auguro -con los antecedentes- de casos durante las celebraciones del Día de la Candelaria, Amor y Amistad, Niños, Santa Cruz, Madres, Maestros… que los enfermos y fallecidos deberían ser miles. ¡No los hay!

Los partidos hoy en la oposición, antes gobernantes, repiten hasta el auto amaestramiento que son cifras irreales. ¡Los muertos son inocultables! ¡Y las actas de defunción!

-“¡Entendé! ¡Porfiado! ¡Las inventan, los meten en fosas comunes! ¡Si serás! ¡Ni tú crees tus especulaciones! Han muerto o como a ti te gusta decir: “morido”.

Como ha estado permitido pronosticar, especular., reconozco que no se dispararon los casos. Existen todas las condiciones adversas, de la conjunción de ignorancia, sobrepoblación, hacinamiento voluntario y transmisivo.

¿Será por los vacunados? ¿Acaso los virus cambiaron hacia la atenuación de la gravedad?

Recuerda: las células carecen de la memoria para recordar hechos o especular, como la humana. ¡Poseen memoria para realizar actividades bioquímicas!

Acorde a la morbilidad y mortalidad actual, en los centros autorizados van a la baja. Especulo que así seguirán.

Ignorando que en un país con habitantes autodestructivos, la mortalidad esperada no es alcanzada.

¡Ni en las falsas noticias!

Mientras, los pudientes extranjeros acuden a vacunarse: los pobres de EUA.

¡Hay mucha tela qué cortar!

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