Juanjo Gutiérrez / Tuxtla Gutiérrez, Chiapas
Con un atractivo cartel encabezado por Armando Roal, la capital chiapaneca disfrutó de una memorable velada humorística el pasado viernes 30 de julio en el legendario Centro Deportivo “Roma”, para sorpresa de propios y extraños.
De manera inusual, el foro que ha recibido innumerables funciones de boxeo y lucha libre durante más de medio siglo, albergó en esta ocasión un espectáculo de “stand up”, la conocida modalidad histriónica donde los actores cómicos permanecen de pie durante sus presentaciones.
La diversión comenzó a las 22:00 horas, cuando Miguel Castañedo (alias “El Mike Parado”) subió al cuadrilátero para contar sus mejores chistes, haciendo reír al público que se congregó en ese caluroso inmueble. Por su gran parecido con el luchador Salomón Grundy, algunos tuvimos la sensación de estar nuevamente en 1989, cuando el mítico “granjero de Kentucky” se presentó en este mismo escenario junto a Lizmark para enfrentarse con Tamba y Pierroth Jr. a dos de tres caídas sin límite de tiempo.
Posteriormente, Adán Moroni tuvo una entretenida intervención en su turno al micrófono, donde su estilo directo y desenfadado arrancó aplausos a la concurrencia. La participación del público fue crucial, pues la picardía de Moroni quedó plasmada en los intercambios verbales del “standupero” con algunos espectadores y con este reportero.
Finalmente, llegó el turno para un viejo conocido de los tuxtlecos: Armando Roal, a quien hemos visto en diversas ocasiones durante años anteriores junto al payaso “Chuponcito”. Mediante la evocación de anécdotas, el ingenioso comediante cerró con broche de oro una función atípica, con una asistencia menor a la prevista, pero plenamente disfrutada por los afortunados asistentes que presenciaron el extraordinario desempeño de esta genuina tercia de ases.
Tras concluir la función, los tres humoristas se retrataron con todas las personas que solicitaron la foto del recuerdo y concedieron entrevistas a los numerosos medios de comunicación que acudieron al llamado de la empresaria Edith Molina, responsable del evento.
