Enrique Flores Amastal Ciudad de México
Blancas mariposas
La esperanza es una nube blanca
con blancas mariposas del valle,
vuelan en torno a los unicornios
con cantos de grillos y cenzontles.
La roca dice su nombre
y pide lluvia para soñar;
la voz de los sin voz, luchan,
por la idea de un mundo mejor.
El Dios redentor cumple
su promesa de volver.
El llanto de los desgraciados
miran su entorno,
comprenden, entonces, su orfandad.
Tus ojos son puertos de entrada
a tu mundo interior, inseguro,
voy buscando encontrarte,
para volar juntos por el universo.
La roca dice su nombre
y tú eres diferente,
aunque vemos tu sonrisa,
son las blancas mariposas
quienes escriben tu historia.
Hoy soy un viejo
Lo cotidiano asesina los sueños
gira ten torno a lo ilusorio,
llena los espacios con cadáveres.
Ayer no me sentía viejo,
al cruzarme con tu mirada,
de ojos serenos y labios prometedores,
el peso del tiempo se posó en los hombros
y tomé conciencia del tiempo.
Me sentí viejo, me tragó la edad,
miré fijamente tus ojos azules,
dudaste, me sonreíste,
vi la blancura de tus dientes:
tú eres promesa, yo tiempo vivido.
Porque eres mi recuerdo, no envejeces,
y mis ojos te ven bella, como ese día
que ocupa un lugar, en el viejo calendario.
Enrique Flores Amastal