Papel, tinta y verso…

Enrique Flores Amastal. Ciudad de México

Reencuentro
Felicidades a todas las madres mexicanas.

Cuando inicie el regreso a casa,
dejaré mis libros; tomaré otros bártulos
y los sueños se irán conmigo,
me acompañarán a nuevas aventuras.
Ayer, cuando todo era posible,
por miedo te dejé partir,
hoy sueño con el reencuentro,
te amaba y siempre lo supiste.
El presente me permite el recuerdo
y con la mente miro tu cuerpo,
una esperanza sin futuro.

Llueve en el alma

Llueve, llueve en el alma
para humedecer los recuerdos.
Esas vivencias que se quedaron
en el tiempo, los atrapó y los guardó
en gavetas que la mente olvida.
El olvido no puede cambiar la historia
solo lo cubre con un polvo fino,
su enemigo el viento lo descubre
lo entrega al soñante para vivenciarlo.

Duermen las ilusiones

En los parques cotidianos
duermen las ilusiones, se sueñan,
ríen y juegan siempre jóvenes,
son temerarios, los besos
los doblan y los guardan en cestitos
como si fueran chocolates.
Los sueños son niñas y niños
visten iguales que los humanos
nunca envejecen, siempre jóvenes,
esa es la diferencia con el soñante.
Su mundo es perfecto,
en esa dimensión las flores, las
plantas,
los árboles, el arroyuelo, el agua de los ríos
hablan, un lenguaje dulce, se comunican,
todo es armonía, las aves visten
hermosos plumajes, de muchos
colores.
En esos parques cotidianos,
las ilusiones duermen y tienen
cestas con chocolates.

Enrique Flores Amastal

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