Escritora AEPCH: Socorro Trejo Sirvent
Un espacio dedicado a la Asociación de Escritores y Poetas Chiapanecos, A.C.
Edgar Colmenares Sol [email protected]
Socorro Trejo Sirvent nació en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, el 7 de julio de 1954. Poeta, narradora y crítica literaria.
Estudió Periodismo y Comunicación Colectiva en la FCPyS de la UNAM y un diplomado en Periodismo Cultural en la Universidad del Claustro de Sor Juana. Fundadora de El Shuti; ha sido jefa y directora del departamento de Casas de la Cultura municipales y directora de Culturas Populares en la Secretaría de Educación de Chiapas; jefa del departamento de Comunicación Académica y presidenta del SCM.
Fundadora y presidenta de la Asociación Cultural Independiente Romualdo Moguel, de la peña literaria Xinachtli y del grupo de escritoras Juana de Asbaje. Integrante AEPCH. Sus textos han sido traducidos al francés por Claude Couffon y publicados en el libro Poetas de Chiapas en París.
Colaboradora de A Duras Páginas, Avance, Blanco Móvil, Contraseña, Cortijo de Locos, Cultura Sur, Diálogo Cultural entre las Fronteras de México, El Centavo, El Cocodrilo Poeta, El Heraldo de México, El Nacional Dominical, El Shuti, El Sol de Chiapas, Este Sur, Excélsior, Extra, Fin de Siglo, La República, Mañana, Papel de China, Parva, Revista Mujeres, Revista del Consejo, Sinapsis, Talleres (Aguascalientes), Tierra Adentro, Trashumancia, y Vuelo de Voces.
Becaria del FOECA-Chiapas, 1997. Parte de su obra ha aparecido en libros como La señal de la noche, UNAM, 2000. Ganadora del premio Chiapas 2018, en la categoría de Artes. Al recibir el premio Chiapas, mencionó: La poesía es una luz que me sigue y que yo sigo a todas partes, ella se convirtió en una especie de amiga y confidente, ella explora los paisajes más íntimos del ser humano… el poeta tiene la mágica misión de usar la palabra como herramienta de trabajo, así se encuentra con la hoja en blanco y la hace hablar.
“Los que se van”
Los que se van, se van desvaneciendo, una especie de niebla los envuelve. Como visión de los fantasmas se diluyen tras la pared, como por un pasadizo sin retorno. Los que se van dejan estelas en el polvo, sin darnos cuenta, se vuelven sueños que se deslizan por nuestra memoria, se quedan en nuestros pensamientos reconstruyendo los sabores de su esencia. Los que se van se vuelven luz de luna iridiscente y se reflejan en los ojos de las aves. Nos hablan en susurros inaudibles, se esconden en la furia de los vientos o en las hojas que caen de los árboles. Los que se van y nos amaron y nosotros también un día amamos, intentan retornar por cualquier medio, regresan en el agua o el vino que tomamos y lo hacen tan solo por besarnos. Regresan en el aire que mueven nuestras ropas, en los ojos de alguien que nos mira con la misma mirada de aquellos que un día nos amaron y regresan, lo sé, regresan, tan solo por sentir que nos abrazan.