Jorge Éver González Domínguez/Chiapa de Corzo, Chiapas jevergonzalez@hotmail.com
Artista plástico y docente de educación primaria. Nació en la ciudad de Venustiano Carranza, Chiapas, el 6 de febrero de 1954, primero de seis hijos del Prof. Cayetano Alcázar Balcázar y la Sra. Virginia Ordoñez Trujillo.
Desde niño se vistió de los llanos de Venustiano Carranza, estudió la primaria en su pueblo natal y llega a Tuxtla Gutiérrez para cursar la secundaria y la carrera de Educación Primaria, posteriormente egresa también de la UPN, e inicia su travesía en las aguas turbulentas de la educación.
En todos esos años de docente se llenó de luz y color para plasmarlo de manera profesional cuando el tiempo se detenía en sus pinceles.
De muy niño el arte estuvo muy presente, nos dice en entrevista:
“Desde mi infancia, mi padre -docente de profesión- procuró siempre propiciarme los escenarios encaminados a las artes plásticas. Siempre puso ante mis ojos y en mis manos todo tipo de pinturas y cuadernos de dibujo, a fin de que mi mente de niño dejara fluir diversas imágenes. Algo que considero fue determinante, es que siempre aplaudió mis pequeños avances, logrando con ello incentivarme a buscar nuevos logros.
También considero determinante el apoyo recibido de mis maestros de primaria, quienes siempre observaban nuestras habilidades artísticas y nos animaban a participar en concursos escolares en los que demostrábamos nuestros avances.
Era común verme de niño con un cuaderno de dibujo y lápiz, dibujando cuanto tenía enfrente: animales, personas y cosas.
Realicé mis estudios de Educación Secundaria en la Escuela Lic. Adolfo López Mateos, en Tuxtla Gutiérrez. Fue ahí donde conocí al Artista Plástico Luis Alaminos Guerrero, quien me indujo a abrazar de manera formal el arte pictórico, el cual realicé en el Centro Cultural Francisco I. Madero. Fue así como caminé siempre en este sendero de la pintura, aprendiendo a observar la obra de grandes pintores, de manera autodidacta el mayor tiempo y guiándome siempre por la sensibilidad y el gusto inmenso de hacer lo que fue desde siempre mi pasión: dibujar y pintar.
Recreo en mis pinturas escenas del Carranza de mi niñez. La vestimenta con su hermoso colorido, sus tradiciones, sus costumbres, sus personajes emblemáticos. Pintar siempre ha sido un desahogo, una oportunidad de dejar fluir mi sensibilidad, mi satisfacción por la vida.
Un buen pintor debe ser original en su expresión. Ser singular en su forma de expresión de su arte y tener la disponibilidad de transmitir sus saberes a las nuevas generaciones.
Lo más entrañable para mí, es la oportunidad de la convivencia con tantos niños y jóvenes a quienes he podido compartir mis estrategias en el arte pictórico.
Quisiera que recordaran mi manifiesto aprecio por el terruño, a través de mi obra”, termina comentándonos el entrevistado.
Así, el artista ha recreado la cultura de su pueblo en los lienzos de una profesión y preservado su valor en los lienzos de su vida.
Ha expuesto sus obras permanentemente y es el actual director de la casa de la cultura de Venustiano Carranza desde 1995.
El profesor del arte brilla en la inmensidad de una cultura que es símbolo de belleza en la entidad y prestigio a nivel nacional.
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