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Agencias

Diario de Chiapas

 Kieffer Moore, con un gol para Gales en el tramo final del partido ante Suiza (1-1), oscureció el debut del cuadro helvético, vistoso hasta la última media hora y castigado tras ceder terreno después del tanto de Beer Embolo que adelantó a los hombres de Vladimir Petkovic.

El futbol fue algo injusto con Suiza, que durante casi todo el encuentro llevó las riendas de un partido en el que se vio las caras con la sorpresa agradable de Francia 2016. Gales, semifinalista en la pasada edición, inició la Eurocopa ilusionada pero con el nombre de Gareth Bale demasiado acaparador en todos los medios.

El todavía jugador del Real Madrid no cumplió las expectativas. Con Gales se transforma y se esperaba que en el Estadio Olímpico de Bakú dejara atrás su imagen irregular del curso en el Tottenham para dar un golpe encima de la mesa.

No lo tenía nada fácil. Su rival, Suiza, experta en apuntar maneras y no llegar lejos, tiene una colección de buenos jugadores en su punto de maduración. La cosecha de 1992-1994 ha llegado a su momento perfecto de cocción y casi toda esa generación se encuentra en la edad perfecta para un futbolista, entre los 27 y los 29 años.

Con nombres Fabian Schär, Granit Xhaka, Xherdan Shaqiri, Breel Embolo o Haris Seferovic en el once, el equipo de Petkovic estaba casi obligado a tomar las riendas para iniciar con buen pie la Eurocopa y espantar su fama de selección intocable en las fases de clasificación y débil en las finales.

Y, aunque tardó quince minutos en tomar las riendas del choque, consiguió lo que quería. Fue fácil, porque Rob Page apostó por encerrarse en su campo con el gigante Kieffer Moore como islote a la espera de un contragolpe y, salvo alguna cabalgada de Daniel James, siempre eléctrico y endiablado, Gales no hizo nada.

En una de las arrancadas de James, Gales disfrutó de su única gran ocasión. El jugador del Manchester United sacó un centro magnífico desde la banda izquierda que cabeceó Moore y que salvó Yann Sommer con una gran parada. Eso fue todo. Con Bale desaparecido, Aaron Ramsey escondido y el timón Joe Allen inoperante, Gales se dedicó a sobrevivir.

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