La liguilla del torneo sudamericano de selecciones ha llegado a su fin y ahora ya se encuentra en rondas eliminatorias hacia el prestigioso trofeo. La primera parte del campeonato ha dejado algunas sorpresas y decepciones por el camino. Desde la perspectiva de la confederación CONCACAF, que partía con seis representantes, solamente han conseguido colarse entre las ocho mejores dos de ellas y, según las previsiones, no son ninguna de las esperadas: Canadá y Panamá.
Superada la primera fase, las apuestas referentes al campeón de la Copa América 2024 se reafirman en dar el papel de favorita absoluta a la selección argentina, que no ha sufrido nada para pasar como primera de su grupo. También destacan los brasileños, siempre candidatos pese al resbalón en la primera jornada, y los uruguayos, que superaron a los estadounidenses desde los primeros compases. Con la mitad de los equipos participantes del inicio eliminados, toman importancia los choques decisivos.
Las dos notas positivas
Los dos mejores conjuntos de la Concacaf han sido Canadá y Panamá. Este último es la revelación absoluta, pues dejó fuera a la anfitriona y quedó por detrás de Uruguay en la clasificación. Los jugadores de Thomas Christiansen están haciendo historia, pues esta es su segunda participación en el torneo y ya ha logrado superar la barrera de los cuartos de final. Parte de su éxito se basa en la intensidad de los balones divididos, siendo muy superiores a los rivales en la mayoría de las ocasiones.

Menos sorpresivo es el rendimiento de los canadienses, que han superado con nota el reto de dejar fuera a Chile y Perú y colarse junto con Argentina en el grupo A. Su progresión estos últimos años es evidente, pues ya participaron en la Copa del Mundo de 2022, y cuentan con muchas estrellas que brillan en el viejo continente y que están acostumbradas a la máxima exigencia. Alphonso Davies es el líder de un conjunto donde, en faceta ofensiva, destaca la dupla goleadora de Jonathan David y Cyle Larin.
Un par de grandes decepciones
Las sombras de esta edición de la Copa América en clave Concacaf están repartidas entre estadounidenses y mexicanos. México acudía a la cita con opciones de liderar la liguilla y hasta soñar con el trofeo. Nada más lejos que la realidad. Igualados a puntos con los ecuatorianos, ambos con cuatro, pasaron estos últimos por mejor diferencia de goles. Jugadores decisivos como Orbelín Pineda y Santiago Giménez están lejos de su mejor momento y el equipo destacó más por las pérdidas de balón no forzadas que por la fluidez en el juego.
Estados Unidos también debe hacer autocrítica. Lo tenían todo a favor para que este fuera su torneo: los estadios, la afición y una plantilla muy competitiva. Incluso hay quienes la colocaban en la lista de candidatas al trofeo, pero ni siquiera consiguieron hacerles sombra a charrúas y panameños. Pese a tener nombres de la talla Christian Pulisic, el gran capitán, no supieron gestionar los nervios y la presión en los momentos más delicados de la fase de grupos que, además, iniciaron con buen pie venciendo cómodamente a Bolivia.

Tanto mexicanos como estadounidenses tienen dos años exactos para tratar de construir un colectivo capaz de mostrar buenas sensaciones en la próxima Copa del Mundo, pues en 2026 ambos ejercen de anfitriones junto con los canadienses. Si bien los rojos parece que han encontrado el camino que seguir y poco a poco han ido creando un estilo propio y unos jugadores referencia, los dos grandes de la confederación siguen dando tumbos sin hacerse con la tan deseada estabilidad.
Rendimiento según lo esperado
Algo más se esperaba de Jamaica, que brilla por su potencial ofensivo y que solamente ha conseguido un gol y ningún punto en esta Copa América. Se despiden teniendo claro que un aspecto que mejorar es la fragilidad defensiva. A diferencia de los jamaicanos, Costa Rica luchó hasta el final para llegar a cuartos de final con Brasil. No estuvieron nada mal, arrancando un empate ante la canarinha que les hacía soñar, pero en un grupo tan exigente, acabaron imponiéndose las dos favoritas.