Utopía, mantener precios de canasta básica hasta febrero
La inflación en los productos de la canasta básica obligó esta semana al gobierno de la República a sostener un encuentro con empresarios que regulan los precios al público de los cientos de productos que se consumen, principalmente los 24 considerados de primera necesidad.
La situación económica del país mantiene en la desesperación a los jefes de familia, que no ven que su dinero les alcance. No hay día que los productos amanezcan con un precio y al otro día el llamado marchante se lleve la sorpresa que el valor de éste haya cambiado en menos de 24 horas.
Quienes realizan recorridos por semana por los centros de abasto del país y del estado de Chiapas para comprar la despensa, dan el grito en el cielo porque cada día no les alcanza el salario para complementar lo indispensable.
Por eso es loable que el presidente Andrés Manuel López Obrador encabece la reunión con el empresariado, aunque vale decir, ha tenido la mesura de ser precavido en el sentido de que haya buenos resultados en favor de los consumidores mexicanos.
Tiene razón al respecto, pues ya en un primer encuentro celebrado a principios de año, prometió que los productos de la canasta básica se mantendrían en su precio, pero la escalada inmediata fue una respuesta que ahogó su optimismo.
Hoy, otra vez, a través de la inoficiosa Procuraduría Federal del Consumidor, se confirmó que ya no habrá variación en los precios de la canasta básica, 24 productos indispensables para el ser humano, que desde ahora adelantamos, no se cumplirá, no porque antepongamos el pesimismo, sino porque la realidad está presente.
Entre los empresarios potentados están, para hablar de los que operan en Chiapas, Walmart. El compromiso es velar porque por lo menos hasta febrero del próximo año, los productos se mantengan en el mismo costo. Cómo se vea, el pronóstico no se cumplirá, principalmente porque la evaluación del sector es sesgada, en el sentido de que este supermercado que opera en las principales ciudades de la entidad, es de los más caros.
Y es sesgada porque deberían haberse acercado a los productores regionales, los que tienen el producto de primera mano. Lamentablemente estos son los más olvidados. El caso de los productores de aguacate Hass en San Andrés Larráinzar, por ejemplo, se las ven negras para poder comercializar su producto en la capital, ya no se diga que puedan exportarlo al centro del país o al extranjero. En realidad, esas son las fallas del mercado comercial.
Ahora bien, los populares centros de abasto, los que tienen los productos frescos, los que venden más barato, se enfrentan a los inconvenientes presupuestarios que rodean la economía y que no ha sido controlada desde el gobierno, como se promete en cada sexenio.
Los costos de los insumos como combustibles, refacciones, fletes, etcétera, encarecen los precios, además de que no se contempla que las sequías, lluvias intensas, plagas y demás obstáculos en el campo, hacen que el producto escasee y al mismo tiempo se incremente en su costo.
Por donde quiera que se le vea, será una utopía que la canasta básica no sufrirá alteraciones. La tortilla, el principal alimento de los hogares, padece constantemente un alza en su precio.
En este rubro, quizás su compromiso se cumpla no porque los empresarios de harina y Maseca sean leales, sino porque en el año van dos alzas al precio del kilo de la tortilla y un tercero en los próximos meses sería catastrófico. Por ello, muy listos, engatusaron al Presidente con su palabra empeñada de no más incrementos.
Como colofón, está en duda que se cumpla el anhelo del gobierno federal si los precios de los combustibles siguen su camino ascendente, si los costos de las tarifas de luz sigan sin control, pero, sobre todo, que se le quiera engañar al pueblo como lo hace el titular de la Profeco, Ricardo Sheffield, quien dijo que era lamentable que en la reunión no estuvieran los productores de cebolla, uno de los productos cuyo precio está por las nubes.
Muy simple, no estuvieron porque no se les invitó, si lo hicieron y hubiesen faltado a la convocatoria, no dude que el escarnio sería total. Como aliciente a lo que viene, como para suavizar el futuro inmediato, la Profeco acaba de anunciar que en Tuxtla Gutiérrez se encuentra la canasta básica más barata, comparada con otras entidades. Como regalo adelantado al Día de los Inocentes, está muy bien, pero de ello a que esto sea real, ni ellos mismos se la creen.
